El diario estadounidense The Washington Post, en un informe publicado el jueves, indicó que la Casa Blanca ha comenzado a explorar la posibilidad de imponer un castigo o pedir compensaciones económicas a Pekín por lo que, calificó, de “mal manejo” del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
El rotativo, citando anónimamente a varios funcionarios de alto rango estadounidenses, agregó que entre otras opciones de represalia que se barajan se encuentran interponer demandas contra China o cancelar parte de las obligaciones de deuda de Washington con Pekín.
En declaraciones hechas en una rueda de prensa celebrada el mismo jueves, el presidente estadounidense, Donald Trump, hizo alusión al informe, mientras se inclinaba por imponer nuevos aranceles contra el gigante asiático.
“Podemos hacerlo de otras formas, podemos hacerlo con aranceles, podemos hacerlo de otras formas incluso más allá de eso, sin tener que entrar en ese juego”, sostuvo.
El presidente estadounidense volvió a culpar a Pekín del brote del virus letal, alegando contar con pruebas de que el patógeno fue creado en un laboratorio de Wuhan (China).
Rusia ha denunciado en duros términos las infundadas acusaciones de EE.UU. y ciertos países europeos contra China por la COVID-19, calificando de muy “triste” las tentativas del Occidente para exigir millones de dólares a Pekín como compensación.
La Casa Blanca ha apuntado el dedo acusador hacia Pekín, mientras muchos expertos dicen que el virus es un arma biológica de EE.UU., fabricada en laboratorios secretos de Washington en el extranjero.
El Gobierno chino ha acusado a su vez al Ejército de Estados Unidos por haber llevado el temido virus al país asiático, durante su participación en los Juegos Mundiales Militares de Wuhan en octubre de 2019.
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