Dicha medida estadounidense de mantener el portaaviones en Europa cerca de los “intereses estratégicos rusos” sería una respuesta a las actividades y la creciente influencia de Rusia en la región, según informó el sábado el portal de noticias Defense News.
Añade la fuente que el plan liberaría otros activos de Washington para realizar patrullas en la región del Báltico y el mar Negro, aunque la decisión final todavía no está tomada, sino bajo discusión.
En caso de que se apruebe, serviría de “respuesta a las acciones de Rusia en la región” y se ajustaría a la nueva Estrategia de Seguridad Nacional estadounidense, que exige que los militares sean menos predecibles, destaca la publicación.
De igual modo, la prioridad de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional es la competencia estratégica interestatal y no el terrorismo. El traslado seguiría con un renovado enfoque, mientras el Ejército busca nuevas formas de emplear sus fuerzas para enfrentar lo que ve como un desafío creciente de Rusia y China, afirma el portal.
Al Ejército estadounidense le preocupa que, desde el 2015, el Golfo Pérsico a menudo permanezca sin la presencia de portaaviones durante meses.
Si esta nave no se traslada allí, podría interrumpir el principio de rotación de los buques estadounidenses en el corazón de la región de Oriente Medio, que se inició en 1991, tras la operación Tormenta del Desierto.
El grupo de ataque incluye el portaaviones USS Harry S. Truman, el USS Normandy, varios destructores del Escuadrón Destructor y la fragata alemana FGS Hessen. El portaviones Harry Truman ingresó a la 6 Flota de EE.UU. tras partir el 11 de abril de la base de Norfolk de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
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