• El comandante de la Fuerza Terrestre del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, el general de brigada Mohamad Pakpur, habla en un mitin.
Publicada: miércoles, 29 de marzo de 2023 14:32

El comandante de la Fuerza Terrestre del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica aclara que la seguridad del pueblo es la línea roja de esta fuerza élite.

En declaraciones ofrecidas el martes en una cumbre con los jefes tribales, eruditos y personalidades más influyentes de la provincia sureña de Sistán y Baluchistán, el general de brigada Mohamad Pakpur alertó sobre los planes de enemigos para crear la inseguridad en esta zona.

Tras haber declarado que en los recientes disturbios registrados en el país, algunas partes se hicieron ilusiones y cometieron errores de cálculo, el militar de alto rango del CGRI subrayó que Estados Unidos y el régimen de Israel están muy contentos con librar una guerra religiosa entre musulmanes, porque ven garantizados sus intereses de esta manera.

Al respecto, sostuvo que la misión del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán es proporcionar la seguridad en la provincia, y resolver, también, sus problemas económicos y sociales.

El umbral de la tolerancia o nuestra línea roja es la seguridad del pueblo. Si alguien intenta quitarla a la gente, recibirá una respuesta aplastante”, advirtió el general de brigada Pakpur.

 

Sistán y Baluchistán ha sido una de las provincias más afectadas por actos de violencia callejera y atentados terroristas ocurridos durante los disturbios, apoyados desde el exterior, registrados tras la muerte de la joven iraní Mahsa Amini, el 16 de septiembre.

A finales del mismo mes, al menos 19 personas perdieron la vida y decenas más resultaron heridas, entre ellos fuerzas de seguridad, en ataques contra comisarías y centros públicos en la ciudad de Zahedán, la capital de dicha provincia, ubicada en el sureste de Irán.

Los enemigos recurrieron a cualquier herramienta —desde la transferencia de armas traficadas desde el exterior, hasta el envío de células armadas— para alimentar la inseguridad en esta provincia de mayoría suní y donde también viven musulmanes chiíes, y, por ende, desatar un conflicto sectario. Sin embargo, los complots fallaron tras los esfuerzos de las fuerzas de seguridad para restaurar la paz y seguridad en el país.

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