El grupo de ataque del portaviones de propulsión nuclear USS Ronald Reagan, compuesto por un destructor y un crucero de misiles guiados, zarpó de Singapur el lunes rumbo al disputado mar de la China Meridional, según informó el miércoles el rotativo hongkonés South China Morning Post.
Aunque por el momento se desconoce el destino final de la flota, el grupo de portaviones llegará al estratégico estrecho de Taiwán si continúa en la misma dirección.
La visita de la flota a la zona se produce mientras Washington y Pekín se enzarzan en una pelea verbal sobre la posible visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán, la isla autogobernada que Pekín considera parte inseparable de su territorio.
Según reportó el pasado sábado el diario The Financial Times, la hipotética visita de la legisladora a Taiwán podría tener lugar en agosto, tras haber cancelado en abril una primera fecha de viaje por haberse contagiado de coronavirus.
Fuentes en el Ejército estadounidense citadas por la agencia Associated Press dijeron anteriormente que, de concretarse el viaje de la tercera figura de la cúpula política de EE.UU., Washington necesita aumentar su presencia militar en la región del Indo-Pacífico para ‘brindar protección a la comitiva durante su vuelo y su estadía en la isla’.
El gigante asiático ya ha expresado su fuerte rechazo a tal visita, y avisado que podría enviar “señales equivocadas a las fuerzas separatistas en la isla”. La última advertencia la hizo el portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian, quien el miércoles dijo que Washington “tendrá que asumir todas las consecuencias que surjan de ese polémico viaje”.
Las duras advertencias chinas causaron que, el presidente estadounidense Joe Biden revelara la semana pasada que los oficiales militares de ese país creen que “no es una buena idea” que Pelosi visite Taiwán en este momento.
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