La guerra abierta en Brasil entre el presidente Jair Bolsonaro y su exministro de Justicia Sergio Moro continúa. En el momento más tenso e incierto de sus 16 meses en el Ejecutivo, el presidente Jair Bolsonaro agravó el sábado los ataques contra el exjuez. Un antiguo aliado que dimitió el viernes tras denunciar interferencias políticas por parte del presidente ultraderchista en unas investigaciones del Poder Judicial cuando estos llegaban supuestamente al círculo familiar del mandatario.
Bolsonaro recordó así que le apoyó cuando éste fue cuestionado por las filtraciones del caso de corrupción Lava Jato. En respuesta, Moro, quien allanó el camino a la presidencia de Bolsonaro al perseguir al expresidente Luiz Inácio Lula da silva, ha publicado su propio mensaje en redes sociales.
Sin embargo, la renuncia de Moro y sus denuncias sobre delitos cometidos por el presidente están dejando una herida profunda en el bolsonarismo. Y es que, el fiscal general, Augusto Aras, solicitó este sábado al Supremo Tribunal Federal abrir investigación contra Bolsonaro. El fiscal quiere que se determine que como Moro dijo, si Bolsonaro habría interferido en la Justicia cuando destituyó al jefe de la Policía Federal, Mauricio Valeixo.
Luiz, quien fue conducido a la cárcel por el entonces juez Moro, en lo que considera una persecución política, cree que ambos lados de la disputa son bandidos.
La renuncia de Moro puso a Bolsonaro contra las cuerdas. Es el segundo ministro que abandona su gabinete en diez días, tras la destitución del ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta.
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