En una entrevista concedida el jueves a la revista local Veja, Bolsonaro habló sobre la presencia de Morales en Argentina, quien se encuentra en estado de refugiado.
El mandatario brasileño dijo al semanario que hizo un análisis del Gobierno argentino presidido por Alberto Fernández, y concluyó que el escenario experimentado en el país vecino “le preocupa mucho”.
“Hice un análisis del tema argentino. Evo Morales está en Argentina, en la frontera con Bolivia. (…) Estará allí tratando de desestabilizar”, sostuvo el ultraderechista Bolsonaro.
De otro lado, también habló de la decisión del Gobierno argentino de cambiar la legislación del país para evitar acciones judiciales.
“Ayer llegó la noticia de que el presidente argentino quiere revisar la legislación, evitar que la justicia detenga o persiga políticamente a alguien. Allí, Lula (Da Silva) quien dice entre comillas que es un político perseguido, no sería arrestado. Este escenario nos preocupa mucho”, cuestionó el mandatario brasileño.
La semana pasada, el gobierno de facto de Bolivia ordenó la detención de Morales por los delitos de sedición y terrorismo. Sin embargo, Argentina rechazó la petición y aseguró que no puede entregar a una persona que es refugiada en su país.
Argentina y Bolivia tienen vigente un tratado de extradición, en uno de los artículos del acuerdo se establece que uno de los países no puede entregar a un ciudadano a las autoridades de la otra parte si la persona es refugiada o asilada política, como es el caso de Morales.
El gobierno autoproclamado de Bolivia, había solicitado a Argentina impedir que Morales haga política, eso mientras Morales dirige, desde el país austral, la campaña política de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), de cara a las elecciones generales del próximo año.
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Morales, que se refugia en Argentina, renunció a la presidencia el pasado 10 de noviembre tras presiones de los militares y de la oposición que desconoció su reelección en las elecciones del 20 de octubre. En seguida, la senadora opositora Jeanine Áñiz se autoproclamó presidenta interina, lo que generó una ola de protestas en todo el país por los partidarios de Morales.
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