Una investigación realizada por el grupo pro derechos humanos Front Line Defenders (FLD, por sus siglas en inglés) y el grupo de derechos digitales sin ánimo de lucro Access Now, descubrió que los teléfonos móviles de Ebtisam al-Saegh, defensora de los derechos humanos en Baréin, y de Hala Ahed Deeb, que trabaja con grupos de derechos humanos y feministas en Jordania, habían sido pirateados utilizando el programa espía Pegasus de la empresa israelí NSO.
El celular de la activista bareiní, según detalla el infomre publicada el lunes, había sido hackeado “al menos ocho veces entre agosto y noviembre de 2019” por un cliente que usaba el programa espía Pegasus. Asimismo, se descubrió que Pegasus había infectado desde marzo de 2021 el teléfono móvil de la activista jordana Ahed Deeb.
“El impacto de la vigilancia sobre las mujeres es particularmente atroz y traumatizante, dado que los gobiernos han empleado como arma la información personal extraída a través de programas espía para intimidar, acosar y manchar públicamente la reputación de los objetivos”, se lee en el reporte.
NEW REPORT: UNSAFE ANYWHERE
— Front Line Defenders (@FrontLineHRD) January 17, 2022
An investigation led by Front Line Defenders reveals additional victims of hacking using NSO Group’s notorious Pegasus spyware - the victims being two women human rights defenders, @ealsaegh from Bahrain, and @Hala_Deeb from Jordan. #Pegasus pic.twitter.com/db2yb8eraD
En este sentido, ambas activistas expresaron que los hallazgos, que fueron confirmados por investigadores de seguridad del Citizen Lab de la Universidad de Toronto, parecían violaciones de la privacidad que cambiaban la vida, y subrayaron que tales ataques a las mujeres eran “particularmente graves”, dado que la información sensible podía ser utilizada como arma contra ellas.
Conforme a FLD, desde que descubrieron que sus teléfonos estaban infectados, cada una de ellas vive en un estado diario de “ansiedad y miedo” y temen especialmente la posibilidad de exponer a otros activistas y víctimas con los que trabajan, y tienen miedo de que sus familias y amigos estén ahora en peligro.
En julio pasado, el diario estadounidense The Washington Post, junto a otros 16 medios de comunicación con la ayuda de Amnistía Internacional (AI) y la Organización Forbidden Stories, publicaron un informe en el que se reveló que al menos 50 000 números de teléfono, incluidos los de activistas de derechos humanos, periodistas, políticos y abogados, habían sido controlados a lo largo y ancho del mundo a través del programa espía israelí.
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