Las bajas se han registrado durante las últimas 48 horas después de que las fuerzas del régimen saudí, equipados con artillería y armas pesadas, pusieran en marcha una serie de nuevos ataques contra la localidad, ubicada en el este del país.
Activistas de derechos humanos y medios de comunicación han confirmado este jueves que al menos siete residentes chiíes perdieron la vida después de que recibieran una lluvia de balas de los militares saudíes.
Se dice que hay varias mujeres y niños entre los heridos. Al menos, dos refugiados trabajadores indios se encuentran entre los lesionados. Se espera que aumente el número de víctimas mortales ya que algunos de los heridos están en estado crítico.
Los efectivos saudíes emprendieron el miércoles otra ofensiva contra Al-Awamiya, en las localidades de Al-Yamima y Al-Mosara, la parte histórica de la ciudad, y mataron a un civil y destruyeron varias casas y centros comerciales.
Las autoridades del país árabe han impuesto severas restricciones a la circulación de los ciudadanos. Han cortado el servicio de acceso a Internet y teléfonos móviles en toda la zona.
Tal y como informan los medios locales, varias entradas principales de la región se han cerrado y las fuerzas antidisturbios del régimen saudí han establecido barricadas y control de seguridad para evitar cualquier reunión o manifestación de protesta. Los residentes se han visto obligados a permanecer en el interior de sus viviendas porque el gobierno ha desplegado francotiradores en toda la región.
Desde el pasado 10 de mayo, las fuerzas de seguridad del régimen de los Al Saud atacan a la población chií so pretexto de desarrollar un plan para modernizar la zona de Al-Awamiya, en la Provincia Oriental de Arabia Saudí que a partir de febrero de 2011 ha sido escenario de marchas pacíficas en demanda de reformas políticas, libertad de expresión, la liberación de los presos políticos y el fin de las discriminaciones sectarias.
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