Tras dos décadas de la presencia de las tropas estadounidenses y del gasto de unos 830 000 millones de dólares para “establecer la paz” y deponer a los talibanes en Afganistán, los insurgentes de esa banda ahora avanzan hacia Kabul, equipados con vehículos blindados y otros equipos de EE.UU., informa la cadena norteamericana CBS News.
Los talibanes han intensificado sus ataques desde mayo, precisamente cuando las tropas extranjeras iniciaron su retirada de Afganistán. Según algunas fuentes locales, el grupo armado controla actualmente alrededor de la mitad de las 34 capitles provinciales del país centroasiático.
El reforzamiento de Talibán, en paralelo con la retirada de las fuerzas de EE.UU. de Afganistán, para algunos observadores no es mera coincidencia. De hecho, dicen que Washington, cuya presencia en Afganistán causó un inmenso sufrimiento para el pueblo afgano, da esfuerzo a los insurgentes para encontrar una justificación a su futura misión en el país asiático.
El jueves, el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) anunció el despliegue de 3000 soldados en Afganistán para evacuar a la mayor parte del personal de la embajada norteamericana dejando sólo “una presencia diplomática básica” en el país.
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