A través de un comunicado citado por la agencia local SANA, la Cancillería siria ha negado hoy viernes “categóricamente el contenido del informe conjunto” de la ONU y la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) sobre ese supuesto uso de armas químicas por el Ejército sirio.
El informe de la ONU y la OPAQ, publicado ayer jueves, afirma que el Gobierno sirio es responsable del ataque con gas sarín perpetrado el pasado 4 de abril en la localidad de Jan Sheijun, en la provincia noroccidental siria de Idlib.
“Este informe y el anterior son falsificaciones de la verdad, y distorsionan la información exacta sobre lo que sucedió en Jan Sheijun (…) es (resultado) de la aplicación de órdenes de la Administración estadounidense y de los países occidentales para incrementar la presión política y amenazar la soberanía de Siria”, reza la nota del Ministerio sirio de Exteriores.
Este informe y el anterior son falsificaciones de la verdad, y distorsionan la información exacta sobre lo que sucedió en Jan Sheijun (…) es (resultado) de la aplicación de órdenes de la Administración estadounidense y de los países occidentales para incrementar la presión política y amenazar la soberanía de Siria”, reza un comunicado de la Cancillería siria.
La Cartera critica además el método de la investigación, que según el comunicado se basó en declaraciones de los criminales que cometieron el acto inmoral de Jan Sheijun, testigos sospechosos y lo que llaman “fuentes abiertas”.
Además, precisa que Siria considera el uso de armas químicas un acto inmoral y condenable en cualquier lugar, momento y circunstancia.
Varios países occidentales, incluido EE.UU., acusan a Damasco de usar armas químicas contra su propia población, aunque el Gobierno sirio entregó en 2014 su arsenal químico a la OPAQ y en enero de 2016 este organismo anunció su total destrucción.
Siria siempre ha rechazado las acusaciones de países y organismos occidentales que tratan de vincular a su Ejército con el uso de armas químicas, además de presentar una y otra vez pruebas del uso de este tipo de armamento por grupos armados y extremistas, algo confirmado por la propia OPAQ.
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