En el comunicado final se informa de la creación de un grupo de trabajo conjunto que la próxima semana discutirá en la capital de Irán, Teherán, los detalles sobre las zonas seguras sirias y vías para fortalecer el alto el fuego.
En este sentido, el enviado especial del Gobierno ruso para Siria, Alexander Lavrentiev, ha manifestado que hay “prácticamente acordados” siete documentos que fijan los contornos de las zonas seguras, si bien “aún queda trabajo” por delante.
Además, Lavrentiev ha dado algunas pistas sobre ese trabajo: instalación de “centros de coordinación y de vigilancia” del alto el fuego, “mandato” a fuerzas extranjeras que garantizarán la seguridad de las “zonas de distensión” y derecho de estos militares a recurrir a la fuerza.
En la mencionada nota, Irán, Rusia y Turquía hacen hincapié, como países garantes de la tregua en Siria, en el mantenimiento de la unidad e integridad territorial de Siria, y enfatizan que la crisis siria solo puede resolverse a través de vías políticas.
Al final de esta ronda de conversaciones, de dos días de duración, se ha acordado también que la próxima ronda se celebre la última semana de agosto en la capital de Kazajistán, Astaná.
El representante sirio ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y enviado de Damasco a estos diálogos, Bashar al-Yafari, ha informado poco antes de que la dureza de la postura de alguno de los participantes ha causado que no se pueda llegar a un acuerdo sobre los detalles de las zonas seguras.
En las negociaciones estaban presentes las delegaciones de Irán, Rusia y Turquía, así como los representantes del Gobierno de Damasco y de la oposición siria. Los participantes buscan en estos diálogos encontrar una vía no militar para poner fin a seis años de una crisis siria que ya ha dejado más de 465.000 muertos y desaparecidos.
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