En los últimos días, la Armada rusa ha enviado nuevas naves a las costas sirias del mar Mediterráneo, como parte de la decisión de Moscú de aumentar exponencialmente su presencia militar en la base naval de Tartus.
Según una fuente militar citada el viernes por Interfax, una gran flota de la Marina rusa —compuesta por barcos, botes patrulla y grúas flotantes— procedente del mar Negro, cruzó el estrecho del Bósforo, en la ciudad turca de Estambul, rumbo a las costas sirias.
Rusia ha decidido expandir su presencia en la base siria para apoyar sus operaciones navales en el Mediterráneo oriental”, escribió Reuters, citando las declaraciones del exdirector de la Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper.
Asimismo, buques logísticos de la Fuerza Naval rusa, incluido el auxiliador KIL-168, acompañaron en su expedición a la referida base naval a una unidad de lanchas de patrulla de alta velocidad Raptor, cuya misión es detectar al enemigo en las aguas costeras.
Por otra parte, medios británicos informaron de que varios buques de desembarco rusos que transportaban cargamento militar han llegado últimamente a la base Tartus, en medio de una nueva operación de Rusia contra los terroristas en Siria.
“Rusia ha decidido expandir su presencia en la base siria para apoyar sus operaciones navales en el Mediterráneo oriental”, escribió el jueves Reuters, citando las declaraciones del exdirector de la Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper.
A mediados de octubre, fuentes parlamentarias rusas anunciaron que Moscú y Damasco firmarán un convenio mediante el cual Rusia podrá utilizar la base Tartus por 49 años, una decisión que, según el Ejército sirio, cortaría el apoyo extranjero que reciben los extremistas.
Apoyándose en el portaviones Almirante Kuznetsov, desplegado en las costas sirias del mar Mediterráneo desde el pasado martes, Rusia ha comenzado una nueva fase de su operación militar contra los combatientes radicales atrincherados en Siria.
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