“Uno de los principales problemas de Afganistán es la injerencia foránea en los asuntos internos de ese país y, en realidad, eso se pretende actualmente con la expansión de Daesh (acrónimo árabe del grupo terrorista EIIL) en el territorio afgano”, dijo el presidente del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores de Irán, Seyed Kamal Jarrazi.
El funcionario persa, que hablaba el martes en un encuentro con el expresidente afgano Hamed Karzai en Teherán, precisó que EE.UU. se aprovecha de la supuesta lucha contra el grupo insurgente Talibán para garantizarse una prolongada presencia militar en Afganistán.
“EE.UU., con su despliegue militar en Afganistán, nunca ha buscado combatir el terrorismo, sino alcanzar sus metas estratégicas”, precisó el excanciller iraní.
Uno de los principales problemas de Afganistán es la injerencia foránea en los asuntos internos de ese país y, en realidad, eso se pretende actualmente con la expansión de Daesh (acrónimo árabe del grupo terrorista EIIL) en el territorio afgano”, dijo el presidente del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores de Irán, Seyed Kamal Jarrazi.
Jarrazi recordó, además, que la misión de EE.UU. en Siria e Irak tampoco era combatir el terrorismo. De hecho, de no ser por los aportes de Irán y Rusia en la lucha contra el terrorismo, esos países habrían vivido situaciones muy diferentes.
El funcionario iraní pidió a las elites y líderes afganos que se unan para hallar una solución dialogada a la crisis y promover la seguridad en el país. “La nación afgana debe confiar en sus propias fuerzas, unirse y tomar el control de su futuro”, dijo.
El expresidente afgano, a su vez, repudió la injerencia foránea en su país y pidió el fortalecimiento de la unidad, y la soberanía nacional para superar los problemas. “El mundo entero, también EE.UU., deben reconocer la voluntad de la nación afgana”, subrayó Karzai.
Los miembros de la banda takfirí Daesh, que operan mayormente en Irak y Siria, han tratado en los últimos años de expandirse en Afganistán, país extremamente inseguro tras más de una década de presencia militar extranjera liderada por EE.UU. con el pretexto de combatir el terrorismo.
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