Los resultados de la consulta reformatoria de la Constitución italiana celebrada este domingo, revelan la posición de los italianos que han dicho No, y de esta forma han dado la espalda al primer ministro Renzi.
Según la televisión pública Rai y el canal privado La 7, los primeros sondeos a boca de urna divulgados al cierre de la votación, indicaban que el 54 % de los italianos han votado No a la reforma contra el 46 % que ha dado su Sí.
Asumo la responsabilidad de la derrota. Mi experiencia como jefe de gobierno hasta acá llega”, ha anunciado el primer ministro italiano, Matteo Renzi.
Esta circunstancia ha hecho que el premier italiano reconozca la derrota del referéndum que el mismo lo había promovido meses antes, con la esperanza de reducir el papel del Senado, además de limitar los poderes de los gobiernos regionales del país europeo.
“El no ganó en forma clara y neta”, ha declarado Renzi con la voz entrecortada en una conferencia de prensa que además, ha dicho: “Asumo la responsabilidad de la derrota. Mi experiencia como jefe de gobierno hasta acá llega”, ha anunciado.
De esta forma, el primer ministro italiano cumple su promesa de que si el resultado de la votación no fuese favorable a sus deseos, renunciaría inmediatamente de su cargo, y convocaría elecciones anticipadas en 2017.
Ante este panorama y unas elecciones generales en el horizonte italiano, Europa está más preocupada, ya que tras el voto del Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea (UE), más conocido como brexit, y el triunfo de Donald Trump en las elecciones generales de Estados Unidos, y ahora sumado a la renuncia de Renzi, los efectos colaterales de la victoria del “NO” serían no sólo políticos sino también económicos y financieros para el bloque regional.
El temor europeo se halla en el Movimiento Cinco Estrellas, que es un partido anti-establishment fundado por el humorista Beppe Grillo, que podría ganar los comicios. Esta formación ha advertido que en caso de alcanzar el poder del Gobierno italiano, convocaría un referéndum sobre la permanencia en la UE.
La negativa mostrada por los italianos es un reflejo de lo que ha vivido Italia en los últimos meses con violentos enfrentamientos en protestas contra el mencionado referéndum constitucional.
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