Poco antes de la medianoche del lunes, un suicida se hizo explotar al término de un concierto, al que habían acudido miles de jóvenes. Un caos total, que causó la muerte de 22 personas y dejó medio centenar de heridos.
El grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) ha reivindicado la autoría del atentado y el Gobierno británico afirma que ha identificado al terrorista que llevó a cabo el ataque.
Mientras continúan las investigaciones, las autoridades británicas detuvieron a un joven de 23 años como presunto cómplice en el atentado.
Del mismo modo, el Comité de Emergencias Nacionales del Reino Unido, Cobra, se reunió, y se decidió mantener el nivel de alerta severa de terrorismo y cancelar eventos públicos, como actos de campaña, para las elecciones británicas. La cautela se contagió a otros países de Europa.
La Unión Europea (UE), en su conjunto, se ha puesto a trabajar con el Reino Unido para desenmascarar a los organizadores de actos de terror, no solo en territorio inglés, sino en todo el continente.
Diferentes personalidades políticas de todo el mundo enviaron mensajes de condena al atentado y ofrecieron condolencias a las familias de las víctimas.
kmd/anz/hnb
