Un informe elaborado y publicado el domingo por la revista estadounidense Foreign Policy (FP) asegura que Trump tendrá que enviar miles de soldados a Siria, si quiere cumplir con su promesa de derrotar rápidamente al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Expertos y altos mandos militares estadounidenses, citados por FP, dicen que una victoria militar rápida contra Daesh, del tipo que ha prometido Trump en varias ocasiones, solamente se puede conseguir mediante un gran despliegue de tropas en Siria; algo que el presidente saliente, Barack Obama, evitó a toda costa durante sus ocho años en la Casa Blanca.
Además, advierten que una invasión terrestre de Siria por parte de Estados Unidos involucrará a ese país en una guerra sin salida y una situación similar a la de Irak, donde EE.UU. sostuvo muchas pérdidas humanas y financieras y que a largo plazo, según analistas, facilitó el aumento del poder de los terroristas y la subsecuente toma de gran parte de los territorios de Irak y Siria por Daesh.
Foreign Policy señala que casi todos los altos cargos que Trump pretende instalar, entre ellos el asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Michael Flynn, están a favor de un despliegue masivo de tropas en Siria.
Flynn ya en 2014 había elaborado un plan que apostaba por enviar a decenas de miles de tropas estadounidenses a Siria para arrebatar de Daesh el control de la ciudad de Al-Raqa (norte), su principal bastión en el territorio sirio.
No obstante, la mencionada revista estadounidense recuerda que Trump y su equipo, tras asumir el poder el 20 de enero, tendrán que enfrentarse a las realidades y que, considerando la cercanía de las posturas del presidente electo a Rusia, será posible que EE.UU. descarte el envío de tropas y que coordine con Rusia sus planes contra Daesh.
Además, cree probable que Trump no cumplirá con sus promesas de derrotar rápidamente a Daesh, dado que durante la campaña electoral y luego de ella ha cambiado en múltiples ocasiones su postura hacia el despliegue de tropas en Siria.
La elección de Trump como presidente de EE.UU. ha causado confusión entre políticos y funcionarios estadounidenses y a nivel internacional, puesto que el mandatario electo ha hecho en muchas ocasiones declaraciones contradictorias, por lo que es difícil adivinar la línea que seguirá su Administración.
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