Horas después del anuncio de la solicitud de renuncia de todo el gabinete ministerial por parte del presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, el caso del ministro de Educación, Fander Falconí, fue el más sonado, por sus cuestionamientos a las reducciones presupuestarias para la infraestructura educativa y la inversión en esta área.
Se trata de la multitudinaria manifestación de la Red de Maestros por la Revolución Educativa, quienes ya no creen en las promesas de Moreno.
El presidente ecuatoriano en una reciente reunión con los rectores universitarios, ofreció mantener la gratuidad en la educación, el sistema de becas, pero no negó las reducciones.
Horas después una nueva marcha lanzó a otros miles a las calles, movimientos feministas y de derechos humanos, reclaman al Gobierno ecuatoriano por no implementar una ley de violencia de género, inaplicable desde hace un año.
De acuerdo a las cifras de estas activistas, cada tres días se asesina a una mujer en Ecuador, y cada año 2 mil adolescentes menores de 14 años resultan embarazadas. Según el Ministerio del Interior, en ninguna de estas manifestaciones se registraron hechos de violencia.
Varios estudios de opinión, realizados en las últimas semanas, publicados en medios locales, dan cuenta de una desaprobación a la gestión de Moreno, que va de entre el 60 al 65 por ciento.
Robinson Robles, Quito.
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