La reunión del lunes del CSNU, celebrada a puerta cerrada a petición del Gobierno de Washington para discutir el lanzamiento de dos misiles el 9 de marzo, terminó su trabajo sin haber alcanzado conclusiones finales entre los participantes.
No obstante, en declaraciones formuladas después de ese encuentro, la embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Samantha Power, prometió seguir presionando al CSNU hasta la adopción de medidas ante las pruebas de misiles balísticos iraníes.
Luego de expresar que Washington está “profundamente preocupado” por la prueba “provocadora y desestabilizadora” de misiles de Irán, el titular estadounidense desveló que Washington también estudiaría posibles acciones nacionales al respecto.
Por otro lado, acusó a Rusia de “buscar razones para no responder” a las violaciones iraníes de la resolución 2231 del CSNU.
Ayer lunes, el embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, expresó rotundamente su oposición a cualquier nueva sanción contra Irán debido a sus recientes pruebas de misiles balísticos y aclaró que el ensayo no viola las resoluciones de las Naciones Unidas.
En una postura similar, el embajador del Reino Unido ante la ONU, Matthew Rycroft, dijo a periodistas que la resolución, que llama a Irán a no llevar a cabo lanzamientos de misiles, y a pesar de que se trate de una ignorancia “descarada” por parte de Irán, jurídicamente un llamamiento no puede violarse.
A su vez, el representante francés ante la ONU, François Delattre, se limitó a expresar la preocupación de su país por las actividades de Irán en el sector defensivo.
Mientras tanto, la misión iraní ante la ONU defendió que la resolución 2231 “no prohíbe actividades militares legítimas y convencionales”, al tiempo que insistió en que los misiles probados no tienen objetivos nucleares.
El pasado 9 de marzo, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI), probó con éxito otros dos misiles balísticos como parte de unas maniobras defensivas.
La Cancillería iraní asegura que todos los misiles iraníes de corto, medio y largo alcance, incluidos los balísticos probados en las maniobras, “son armas convencionales para defensa legítima, y ninguno de ellos fue diseñado para portar cabezas nucleares”.
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