Mediante un comunicado emitido este viernes, la embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, Samantha Power, ha expresado la preocupación de Washington por estas pruebas de misil, a las que ha considerado como "provocadoras y desestabilizadoras".
El miércoles, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI) probó con éxito dos misiles de largo alcance como parte de la fase final de los ejercicios con misiles, bautizados como ‘Eqtedare Velayat’.
Algunos medios de comunicación occidentales acusaron a Teherán de violar el acuerdo nuclear sellado en julio de 2015 entre Teherán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), o la resolución 2231 del CSNU, con los mencionados test de misiles.
La Cancillería iraní rechazó el jueves todas las acusaciones en contra del país, y aseguró que "todos los misiles iraníes de corto, medio y largo alcance, incluidos los balísticos probados en las maniobras, son armas convencionales para defensa legítima, y ninguno de ellos fue diseñado para portar cabezas nucleares".
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