"No queremos que se llegue a un enfrentamiento militar, pero si Corea del Norte emprende acciones que amenacen a Corea del Sur y a las tropas estadounidenses, se enfrentará a una respuesta apropiada", ha afirmado este viernes el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, en conferencia de prensa con su homólogo surcoreano, Yun Byung-Se, tras visitar la zona desmilitarizada entre el Norte y el Sur.
La "paciencia estratégica" de Estados Unidos hacia Corea del Norte, que prosigue su programa de armas nucleares, "se ha acabado", ha aseverado Tillerson.
No queremos que se llegue a un enfrentamiento militar, pero si Corea del Norte emprende acciones que amenacen a Corea del Sur y a las tropas estadounidenses, se enfrentará a una respuesta apropiada", ha asegurado el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.
"Estamos estudiando nuevas medidas diplomáticas, de seguridad, económicas. Todas las opciones están sobre la mesa", ha agregado para luego matizar que "desde luego que no queremos (...) un conflicto militar", pero "si (los norcoreanos) elevan la amenaza de su programa de armas nucleares a un nivel que consideramos que requiere una acción, entonces esta opción está sobre la mesa".
El jueves, en Tokio, capital nipona, primera etapa de su gira asiática, Tillerson enfatizó que EE.UU. opta por una nueva estrategia para desnuclearizar Corea del Norte, ante el fracaso de "20 años de esfuerzo diplomático".
Desde principios de marzo, EE.UU. y Corea del Sur realizan ejercicios militares en diferentes sectores y niveles llamados ‘Foal Eagle’, que incluyen prácticas aéreas, terrestres y navales. Se celebrarán hasta finales de abril y en las mismas EE.UU. planea utilizar el portaaviones USS Carl Vinson, aviones F-35 y bombarderos B-1B y B-52.
Corea del Norte, que rechaza de plano estas maniobras, amenazó el martes con lanzar ‘despiadados’ bombardeos contra EE.UU. y Corea del Sur, si esos ejercicios amenazan su soberanía.
Asimismo, el pasado día 7, Pyongyang denunció las amenazas de EE.UU. y advirtió de que los ejercicios militares estadounidenses-coreanos podrían derivar en una “guerra real” y conducir a la zona hacia un ‘desastre nuclear’.
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