"Hoy se cumplen los primeros siete días de octubre de 2015. Es una semana en la que, por fin, en el frente se ha establecido un régimen de silencio. No ha habido un solo disparo", ha constatado Poroshenko.
Hoy se cumplen los primeros siete días de octubre de 2015. Es una semana en la que, por fin, en el frente se ha establecido un régimen de silencio. No ha habido un solo disparo", constata el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko.
Sin embargo, Poroshenko ha recalcado que el establecimiento “de verdad” de la tregua no es todo ni puede garantizar la llegada de la paz a Ucrania.
"Todavía no es la paz, no es el fin de la guerra, porque la guerra concluirá cuando sea liberado el último palmo del territorio ucraniano", ha afirmado.
Las autoridades de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk anunciaron el martes, en un comunicado conjunto, que pospondrán las elecciones que se iban a celebrar el 18 del presente mes en Donetsk y el 1 de noviembre en Lugansk, en lugar de los comicios locales del resto de Ucrania, programados para el 25 de octubre.
Poroshenko ha saludado esa decisión y ha abogado por que los comicios se desarrollen en el marco de "la legislación ucraniana, sobre la base de los estándares de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) y, por supuesto, sin tropas de ocupación".
Además de Kiev, también han celebrado el aplazamiento de las elecciones Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea (UE), considerándolo un progreso en el proceso de aplicación de los acuerdos de Minsk.
La decisión de los independentistas se produjo después de que la canciller alemana, Angela Merkel, y los líderes de Francia, Ucrania y Rusia, François Hollande, Poroshenko y Vladimir Putin, respectivamente, se reunieran en París, capital de Francia, para tratar la retirada del armamento pesado del este de Ucrania.

Desde el comienzo del conflicto de Ucrania en abril de 2014, las dos regiones rusohablantes orientales de Donetsk y Lugansk han sido escenario de mortíferos enfrentamientos entre las fuerzas independentistas y el Ejército ucraniano: cerca de 8000 personas han muerto y 1,6 millones han abandonado sus hogares para escapar de la violencia.
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