“Francia está convencida de que la destitución de Al-Asad no podría ser la solución para la situación que atraviesa el país”, ha indicado Fabius en declaraciones concedidas este martes a la radio gala RTL.
Francia está convencida de que la destitución de Al-Asad no podría ser la solución para la situación que atraviesa el país”, ha indicado el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Laurent Fabius.
El canciller galo además ha descartado la posibilidad de que el país envíe tropas a Siria y lance una guerra contra el Gobierno de Damasco.
Fabius ha proseguido que París está trabajando intensamente para encontrar una vía política para esa cuestión y como parte de estos esfuerzos, explica, el país mantiene conversaciones con los protagonistas regionales como Rusia e Irán.
En el mismo contexto, el canciller galo ha condicionado la paralización del caos y los avances del grupo EIIL (Daesh, en árabe) en este país árabe a la voluntad de las partes involucradas en ese conflicto.
Manteniendo años de silencio ante una crisis, cuyas consecuencias como el caso de los solicitantes de asilo, afectaron el continente verde, Occidente se enteró de que debe respetar la soberanía de Siria y reconocer que Al-Asad y países como Irán son parte de la solución.
El lunes, el canciller español, José Manuel García-Margallo, por su parte, aseguró desde Teherán, capital de Irán, que su país está dispuesto a hacer todo a su alcance para finalizar esa crisis.
Irán, que no ve el fin de la violencia en Siria sin el presidente Bashar al-Asad, ha brindado sus esfuerzos para el fin de la crisis en este país árabe por medio de la diplomacia.
El 1 de septiembre, el vicecanciller de Irán, Husein Amir Abdolahian, consideró a Al-Asad como parte de cualquier medida política en Siria. Y, unos días después, el asesor del Líder de la Revolución Islámica de Irán para Asuntos Internacionales, Ali Akbar Velayati, subrayó el papel del presidente sirio en la solución de la crisis que vive ese país árabe.
La violencia en Siria, desatada en 2011 por grupos terroristas apoyados desde el extranjero, ha causado la muerte de más de 240.000 personas y el desplazamiento de varios millones.
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