Según la sentencia emitida este jueves por el Tribunal del Distrito de Naha, capital de la sureña provincia japonesa de Okinawa, el Gobierno japonés ha de pagar una recompensa de 6,12 millones de dólares a los okinawenses que residen cerca de la base militar de Futenma en la localidad de Ginowan.
Conforme a los medios locales, el veredicto ha sido emitido después de que unos 2200 okinawenses presentaran sus quejas ante el tribunal japonés.
Una vez efectuados los pagos de la indemnización, por las autoridades de Tokio, todos los demandantes aprovecharán de la remuneración.
Los indignados okinawenses, afirman que los ruidos producidos por los aviones estadounidenses les causan estrés, interrumpen su sueño y perturban su vida cotidiana.
Asimismo, los japoneses que viven cerca de la base militar de Futenma tienen miedo de la posible caída de las aeronaves estadounidenses.
La presencia militar de EE.UU., en la provincia de Okinawa nunca ha recibido el parabién de los japoneses, ya que la zona de vez en cuanto se convierte en el epicentro de las manifestaciones antigubernamentales, a través de las cuales los okinawenses muestran su descontento por la presencia de los militares estadounidenses.
Recientemente, las movilizaciones en contra de la presencia militar de EE.UU. en Japón han aumentado, sobre todo, después de que Washington y Tokio acordaran incrementar su cooperación militar.
Según una encuesta publicada el 8 de abril en el diario Japan Times, el 76,1 por ciento de los habitantes de la isla nipona se opone a “la construcción de una nueva base” en el distrito de Henoko, en Nago, en sustitución del centro militar estadounidense de Futenma.
En cuanto a la presencia de Estados Unidos en este país asiático, hay que mencionar que el 75 por ciento de las bases norteamericanas en Japón se encuentra en la isla de Okinawa y alrededor de la mitad del total de los 50.000 militares estadounidenses están estacionados en esta misma provincia.
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