El director general de la AIEA, Yukia Amano, en su informe mensual presentado este viernes a los miembros de la Junta de Gobernadores de la Agencia, ha corroborado el respeto de la República Islámica al acuerdo de Ginebra.
Conforme al texto, desde el 20 de enero de 2014 (fecha de la puesta en marcha del mismo) Irán no ha enriquecido uranio por encima del 5 por ciento, en ninguna de sus instalaciones nucleares.
Asimismo, el documento confirma que el país persa ha ofrecido accesos controlados a la mina de uranio de Gachin (en el sur del país), la de Saqand (centro), así como a la planta de Ardakan (centro).
Los inspectores de la AIEA, también, han tenido acceso diario a las plantas de enriquecimiento de uranio en Fordo y Natanz (centro).
El informe ratifica, entre otros, que Irán no ha realizado "ningún avance adicional" de sus actividades en dos instalaciones de enriquecimiento.
Bajo el pacto inicial, el G5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), se comprometió a aliviar parte de las sanciones antiraníes y a no imponer nuevas medidas punitivas, y, a cambio, Teherán limitaba voluntariamente algunos aspectos de su programa de energía nuclear.
Desde que lograron el acuerdo preliminar en Ginebra, Irán y el Sexteto han celebrado varias rondas de diálogo con el fin de conseguir un pacto definitivo antes de la fecha límite del 30 de junio.
La última ronda de diálogos, que inicio el domingo en la ciudad suiza de Lausana, concluyó este viernes. Tanto Irán como el G5+1 hablan de progresos en las conversaciones, pero reconocen que existen todavía ciertas diferencias sobre el tema. Las partes han acordado volver a la mesa de diálogo el 25 de enero.
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