Un memorando de la Casa Blanca redactado por el exsecretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, desclasificado recientemente revela que Blair y Bush habían acordado en marzo de 2002 invadir Irak, casi un año antes de que comience la invasión estadounidense a Irak.
Casi cinco meses tras esta misiva el Gobierno británico publicó el informe titulado “45 minutos para el final”, supuesto articulo de inteligencia que aseguraba que Irak tenía en su poder armas de destrucción masiva, lo que después sirvió para justificar la invasión y resultó ser falso en 2004.
En el memorando Powell le asegura al expresidente estadounidense que Blair apoya una medida militar y declara que "el Reino Unido seguirá nuestros pasos" hagamos lo que hagamos.
Dicha revelación desmiente las declaraciones públicas del ex primer ministro británico que alegaba estar en contra de una campaña militar contra Irak y aseguraba apostar por una solución política.
También queda al descubierto que el expremier británico usó espías en el Partido Laborista (PL) para manipular la opinión pública a favor de una guerra contra Irak.
En 2003, Washington inició una sangrienta y devastadora invasión a Irak so pretexto de que en dicho territorio había armas de destrucción masiva que debían ser destruidas y luego resultaron siquiera existir.
Después de asolar gran parte de Irak y causar la muerte de más de 500.000 iraquíes durante el curso de la mencionada invasión, las autoridades estadounidenses reconocieron que no existían tales armas y que se trataba simplemente de un craso “error de Inteligencia”.
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