Entrevistado el jueves por la televisión nacional siria, el funcionario dijo que la reciente ola de ataques y bombardeos contra Alepo es parte de un proyecto promovido por Arabia Saudí, Turquía y varios otros Estados patrocinadores del terrorismo, como EE.UU.
Informó del uso de armas modernas y prohibidas durante los bombardeos contra las zonas residenciales en Alepo, y denunció el hecho de que el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Siria, Staffan de Mistura, cerrara los ojos ante decenas de muertos y heridos en Alepo, casas destruidas y más de 1200 cohetes que alcanzaron Alepo en las últimas horas.
A EE.UU. y el Occidente “les ha contagiado la ceguera política por no querer distinguir entre la víctima y el asesino y determinar quién es el responsable”, y ver los acontecimientos en Alepo conforme a deseos de asesinos y terroristas, apostilló el ministro sirio de Información, Omran al-Zoubi.
La ciudad de Alepo, donde el Ejército sirio y la Fuerza Aeroespacial de Rusia dieron inicio a principios de abril a operaciones conjuntas para liberarla de la presencia takfirí, ha sido blanco en recientes días de constantes ataques letales, de los que ciertos Estados occidentales acusan a Damasco y Moscú, mientras que estos últimos con documentos y evidencias desmienten toda acusación en su contra.
En su entrevista, el ministro de Información sirio sostuvo que a EE.UU. y el Occidente “les ha contagiado la ceguera política por no querer distinguir entre la víctima y el asesino y determinar quién es el responsable”, y ver los acontecimientos en Alepo conforme a deseos de asesinos y terroristas.
Las acusaciones occidentales contra el Gobierno sirio, agregó, tienen como objetivo satisfacer los intereses de Arabia Saudí, Turquía y las organizaciones terroristas que dirigen, e imponen la presión política sobre Siria.
Un reciente ataque en Alepo se produjo la noche de miércoles cuando el hospital de Al-Quds, que cuenta con la colaboración de Médicos Sin Fronteras (MSF) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), fue bombardeado y dejó, según MSF, al menos 14 muertos, aunque el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) ha elevado a 27 el número de fallecidos.

Medios occidentales alegaron que el bombardeo del hospital de Al-Quds fue obra de la aviación de guerra rusa, mientras que tanto el Gobierno sirio como el ruso refutaron la acusación, asegurando que “durante los últimos días, los aviones de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia no han realizado vuelos cerca de Alepo”, y la única incursión aérea del miércoles fue de la coalición internacional liderada contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Por su parte, una fuente militar siria afirmó que los informes sobre una supuesta incursión siria contra la instalación médica "son falsos y están destinados a cubrir los crímenes de los terroristas contra la población civil."
Por su parte, Staffan de Mistura descartó que el bombardeo fuera un "error" y dijo que se trató de un crimen de guerra que "parece deliberado", aunque no se aventuró a apuntar el dedo acusador contra nadie.
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