"EIIL no salió de la nada. Cuentan con una gran cantidad de dinero que ha tenido que venir de alguna parte (...) Cuentan con un enorme suministro de armas que ha tenido que venir de alguna parte (…) es una creación de las intervenciones occidentales en la región", manifestó el viernes el líder británico en declaraciones al portal de noticias en línea Middle East Eye.
EIIL no salió de la nada. Cuentan con una gran cantidad de dinero que ha tenido que venir de alguna parte (...) Cuentan con un enorme suministro de armas que ha tenido que venir de alguna parte (…) es una creación de las intervenciones occidentales en la región", afirmó el nuevo líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn.
Corbyn se refirió al apoyo de Arabia Saudí a los takfiríes de Daesh, para luego añadir que los funcionarios británicos deben ser conscientes de que la gran cantidad de armas que han vendido -en particular a Riad- terminan en algún lugar y que ahora están siendo utilizadas.
Además, rechazó la llamada coalición anti-Daesh liderada por EE.UU., que "ataca posiciones de los extremistas en Siria", y puso hincapié en que la participación de Londres en los ataques aéreos contra el país árabe es "legalmente cuestionable".
De igual manera, el político criticó al Gobierno británico por seguir las políticas de Estados Unidos en la región e instó al Ejecutivo del país a convertirse en una fuerza que vele por los derechos humanos en lugar de “injerir militarmente en el mundo”.
“Estamos más seguros si no formamos parte de la política exterior norteamericana en cada ocasión (...) Estaremos más seguros si afirmamos que entendemos la diversidad de la fe y la diversidad de las aspiraciones de todo el mundo”, agregó.
El veterano político consiguió el pasado sábado una contundente victoria en las elecciones internas de su formación, y ya ha anunciado que se opone a la intervención militar de su país en Siria, así como a las políticas de austeridad.
Corbyn ha logrado despertar un entusiasmo inusual en los últimos lustros en la política del país, mostrándose partidario de renacionalizar grandes empresas estratégicas, de tender puentes con HAMAS (el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina), boicotear al régimen israelí, juzgar al expremier británico Tony Blair por su papel en la invasión de Irak en 2003 y ceder la soberanía a Argentina sobre las Islas Malvinas, entre otras cuestiones.
La ruptura con la línea anterior del laborismo provocó numerosas campañas mediáticas de desprestigio en las semanas anteriores a la elección de Corbyn, y después de esta, Cameron calificó al Partido Laborista de “amenaza para la seguridad nacional”.
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