El mandatario galo ha hecho hincapié en que Francia no escatima esfuerzo para materializar una transición política en Damasco que agrupe a los representantes de la oposición y del actual Gobierno.
Durante una rueda de prensa celebrada en Doha, la capital de Catar, Hollande ha enfatizado que sus planes no incluyen a Al-Asad quien, a su juicio, ha mostrado férrea resistencia ante los esfuerzos extranjeros.
El jefe de Estado francés ha llegado a Catar con el objetivo de firmar contratos sobre la venta e 24 aviones de combate Rafale, valorados en 6300 millones de euros (cerca de 7000 millones de dólares).
En otra parte de sus declaraciones, Hollande ha criticado la postura de su homólogo estadounidense, Barack Obama, y ha indicado que cuando la Casa Blanca dio un paso atrás en la iniciativa para lanzar una intervención militar en Siria, dejó seriamente decepcionados a sus supuestos aliados tradicionales en Oriente Medio.
No obstante, Damasco asegura que París es uno de los principales patrocinadores de los terroristas que luchan en contra de este país árabe desde hace casi 4 años.
Francia es reconocida por su postura anti-Siria y anti-democrática en el Oriente Medio, entre tanto, el ministro de Asuntos Exteriores Laurent Fabius afirmó el pasado 16 de marzo que el presidente sirio debe ser excluido de la transición política y de todas las soluciones para sacar de la crisis a Siria.
Asimismo, el país galo no solo apoya financiera y armamentísticamente a los grupos armados que luchan contra la nación siria, sino que, como el presidente dijo el pasado junio, más de 30 ciudadanos galos luchan junto a los terroristas para derrocar al presidente sirio.
Empero, el número se ha incrementado drásticamente durante los últimos 12 meses. El Ministerio del Interior de Francia informó el pasado 17 de marzo que unos 1422 ciudadanos galos, entre ellos 100 mujeres, están involucrados en las actividades de los grupos terroristas que operan en Siria.
Siria, desde mediados de marzo de 2011, sufre una gran crisis provocada por grupos terroristas que reciben apoyo de algunos países regionales y occidentales, con el objetivo de derrocar el Gobierno de Al-Asad.
Esta violencia de más de cuatro años, ha causado hasta el momento más de 215.000 muertos y 7,6 millones de desplazados dentro del país árabe.
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