“Arabia Saudí ha intentando vigilar todas las actividades políticas, económicas y culturales de Irán, es lo que se comprende de los cables diplomáticos saudíes revelados por Wikileaks”, indica este miércoles Al-Akhbar en su publicación digital.
Arabia Saudí ha intentando vigilar todas las actividades políticas, económicas y culturales de Irán, es lo que se comprende de los cables diplomáticos saudíes revelados por Wikileaks”, indica este miércoles Al-Akhbar.
WikiLeaks reveló la semana pasada unos 60.000 cables diplomáticos saudíes y anunció que desclasificará medio millón más en las próximas semanas.
A este respecto, destacó el rol que han desempeñado las sedes diplomáticas y embajadas saudíes en numerosos países, incluido el mismo Irán.
Según el rotativo, en una reunión del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG-integrado por países árabes ribereños del Golfo Pérsico) sobre el programa de energía nuclear iraní en mayo de 2012, “el representante saudí urgió a convencer a todo el mundo de que el programa nuclear iraní no busca fines pacíficos”.
En el informe, además se ha referido a los esfuerzos de Riad por desestabilizar la situación y sembrar discordia entre las distintas comunidades en el país persa.
“Hay que extender y destacar todo lo relacionado a asuntos sectarios en Irán, para ello, deberíamos aprovechar los medios extranjeros de comunicación de habla persa”, reza uno de los informes ultrasecretos de la embajada saudí en Teherán, citado por Al-Akhbar.
En los cables diplomáticos, adelanta el diario, los saudíes planearon hacer una alianza de los países regionales con el fin de hacer frente a las actividades de Irán en Oriente Medio.
En esta línea, el periódico libanés basándose en las revelaciones de Wikileaks, afirma que el monarca saudí conspiró para que los yemeníes se enfrentaran, al incitar a varios grupos a combatir al movimiento popular Ansarolá.
“La envidia es el mejor término que se puede utilizar para describir las medidas de Al Saud hacia Irán, pero una envidia mezclada con temor”, precisa.
Según los documentos divulgados por Wikileaks, Riad ha invertido centenares de millones de dólares para socavar la unidad nacional de Irak, ha apoyado a los grupos terroristas en Siria, y también formó en 2012 un comité militar conjunto con Turquía y Catar con el fin de provocar el derrocamiento del presidente sirio Bashar al-Asad.
Además, otro documento desclasificado por Wikileaks muestra que Arabia Saudí instó al Vaticano a animar a los cristianos sirios a levantarse contra el Gobierno de Damasco.
Tras la publicación de este escándalo político y diplomático, el régimen saudí prohibió a sus ciudadanos la difusión de dichos cables y también bloqueó el acceso al portal revelador Wikileaks.
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