• La imparable ola de construcciones inmobiliarias y la dificultad para adquirir vivienda digna | Minidocu
jueves, 26 de septiembre de 2024 21:44

Guatemala, un país marcado por la desigualdad, uno de los atenuantes se ve reflejado en la cruda realidad de las familias que habitan en los más de 220 asentamientos urbanos en la ciudad de Guatemala.

Ya sea bajo un puente o en laderas de barrancos que atraviesan la urbe, cada vez se suman más y más familias que migran de los departamentos en el interior del país en busca de una vida digna o que son desalojados de las viviendas que alquilan por no tener la capacidad para pagar, en parte porque no hay empleo y en parte porque las rentas son excesivamente caras.

En contraste existe un fenómeno que ha venido creciendo en los últimos años, y es la proliferación de proyectos inmobiliarios a gran escala sin que haya un mercado para habitarlos, dicho de otra manera, no existe una demanda legítima para acceder a los proyectos habitacionales que regularmente son verticales.

Los ingresos mínimos que exigen las inmobiliarias y los bancos para financiar un apartamento o un espacio habitacional no cuadran con casi ningún trabajo en el mercado laboral formal, de hecho, únicamente el 30% de los guatemaltecos tiene acceso a un empleo en el mercado laboral formal, el resto se dedica a negocios personales o a la subsistencia a partir de trabajos temporales o por contrato.

De esa cuenta las hipótesis de ingenieros y arquitectos urbanistas advierten que las construcciones obedecen a negocios turbios y lavado de dinero, narcotráfico y otros ilícitos. El fenómeno llama a la reflexión sobre las verdaderas condiciones en las que viven miles de familias que no llenan los requisitos para optar a vivienda digna y el contraste con la cantidad exponencial nuevas construcciones.

sbd/rba

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