“Reiteramos la importancia del trabajo intensivo de las Naciones Unidas en el pago de salarios, la apertura del aeropuerto y puerto, y poner fin al asedio”, hizo hincapié el martes el portavoz del movimiento popular yemení Ansarolá, Mohamad Abdel Salam.
Esto, debido a que los temas humanitarios son derechos inalienables de la nación yemení, puso énfasis el titular de Ansarolá, para luego subrayar en la necesidad de que tales asuntos sean abordados, de manera urgente, por parte de la ONU, para que el empobrecido Yemen salga de las crisis que sufre.
Sus palabras se produjeron en la misma jornada en que el enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg, anunció la ampliación de la tregua entre Saná y la llamada coalición, liderada por Arabia Saudí, por otro período de dos meses.
“El objetivo principal de la tregua actual sigue siendo brindar un alivio tangible a los civiles y crear un entorno propicio para alcanzar una solución pacífica al conflicto a través de un proceso político integral”, enfatizó el titular de la ONU.
Respecto al armisticio, el primer ministro del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen, Abdelaziz Saleh bin Habtoor, aseveró el domingo que “si la tregua no está vinculada a lograr los intereses directos de los ciudadanos, no la necesitamos”.
La brutal campaña de violencia de Riad y sus aliados contra Yemen, respaldada por EE.UU. y ciertos países occidentales, comenzó en marzo de 2015 para restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi y eliminar al movimiento popular Ansarolá, conocido en el Occidente como los hutíes.
Sin embargo, Riad y sus aliados no lograron ninguno de sus objetivos, y la guerra ha provocado la peor crisis humanitaria en la historia contemporánea, convirtiendo al empobrecido país árabe en un “infierno” tras matar a miles de yemeníes.
En el marco del actual alto el fuego integral, mediada por la ONU y en curso desde principios de abril, la coalición agresora saudí y las fuerzas yemeníes acordaron detener todas las operaciones militares durante dos meses y la tregua fue extendida a principios de junio otros dos meses más.
Además, Arabia Saudí prometió permitir la llegada de barcos de combustible a los puertos de la ciudad yemení de Al-Hudayda (oeste), y dejar al aeropuerto de Saná reanudar los vuelos a destinos predeterminados en la región, promesas que no cumplió. Es más, la coalición ha violado en muchas ocasiones la tregua, bombardeando las ciudades yemeníes.
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