“No olvidemos de dónde proceden estas crisis con los migrantes […] ¿Es Bielorrusia pionera en estos problemas? No, las razones fueron creadas por los propios países occidentales, incluidos los europeos”, afirmó el sábado el mandatario ruso en declaraciones en la televisión estatal del país euroasiático.
Putin dijo que los países occidentales participaron en las operaciones militares en Irak y llevaron la guerra a Afganistán durante 20 años, por lo que ahora hay muchos kurdos iraquíes y afganos desplazados que se encuentran entre los migrantes en la frontera bielorrusa.
Por lo tanto, puso de relieve el presidente ruso, Bielorrusia no tiene nada que ver con la crisis migratoria y recordó que no debe sorprender que los migrantes pasen por Bielorrusia dado que ese país “tiene la entrada sin visado para los países de origen”.
En otro momento de sus afirmaciones, criticó el comportamiento de las fuerzas militares polacas en la frontera entre Bielorrusia y Polonia y las acusó de golpear a los migrantes y encender luces y sirenas por la noche cerca de ellos.
“Esto no encaja bien con las ideas de humanidad que supuestamente sustentan todas las políticas de nuestros vecinos occidentales”, advirtió.
Desde 2020, las autoridades de Bielorrusia han cancelado o simplificado los requisitos de visa para 76 países. Entre estos hay varios afectados por serios conflictos, como Siria, Libia, Irak y Afganistán.
Entretanto, miles de personas se han dirigido a las fronteras con la Unión Europea (UE) por la mala situación económica derivada de las sanciones impuestas por el Occidente —Estados Unidos y el bloque europeo— contra Bielorrusia. El número de solicitantes de asilo que se ha unido a la población desplazada cerca de la frontera entre Bielorrusia y Polonia ha aumentado desde la semana pasada.
Eso ha provocado un posible conflicto entre los dos países. Por su parte, Polonia ha colocado una alambrada de púas en la frontera y desplegado unos 15 000 militares, policías, guardias de frontera o miembros de las Fuerzas de Defensa Territorial, un cuerpo paramilitar de reservistas y voluntarios, para impedir el ingreso de los miles de migrantes y refugiados.
Minsk, a su vez, denuncia el despliegue militar polaco cerca de sus fronteras y aclara que “no se pondrá de rodillas” ante la UE por la crisis de migrantes en las lindes polacas. Además, acusa a Varsovia de cortar el paso a estas personas usando incluso “violencia física” y “gases” y “disparando por encima de sus cabezas”.
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