“Tras el discurso del Secretario de Estado de Estados Unidos (Rex Tillerson) en Stanford y los informes de fuentes militares estadounidenses sobre la creación de algunos grupos armados bajo el patrocinio de EE.UU. para proteger la frontera en el norte de Siria, poblada principalmente por kurdos, la nueva estrategia de EE.UU. no parece más que una política para desmembrar ese país”, ha asegurado Zajárova.
En una conferencia de prensa, la portavoz ha precisado que Moscú ha estudiado detenidamente la declaración de Tillerson de la semana pasada en la Universidad de Stanford (California), en la que exponía la visión de Washington de la situación actual en Siria y las formas de resolver el conflicto en el país árabe.
La coalición liderada por Estados Unidos confirmó este mes que está adiestrando a un nuevo ejército compuesto por 30.000 milicianos kurdo-árabes en Siria: una medida que provocó la ira de las autoridades turcas y rusas.
Zajárova concluye que los estadounidenses “igual que antes” admiten que su objetivo es la expulsión del presidente legalmente elegido de Siria, Bashar al-Asad. “Se ha declarado que Washington tiene la intención de hacer que su presencia militar en el territorio de ese estado soberano sea indefinida”, indica.
Tras el discurso del Secretario de Estado de Estados Unidos (Rex Tillerson) en Stanford y los informes de fuentes militares estadounidenses sobre la creación de algunos grupos armados bajo el patrocinio de EE.UU. para proteger la frontera en el norte de Siria, poblada principalmente por kurdos, la nueva estrategia de EE.UU. no parece más que una política para desmembrar ese país”, ha asegurado la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova.
Califica por tanto de inadmisible convertir a Siria en una escena de enfrentamiento entre fuerzas externas, donde cada una persigue sus propios objetivos, sin tener presente que los propios sirios son los únicos con derecho a determinar el futuro de su país.
En este sentido, la funcionaria rusa se ha referido a los enfrentamientos en la región de Afrin, en el norte de Siria, donde el Ejército turco está llevando a cabo una operación militar contra los kurdos que habitan esas zonas.
Ankara dice que sus acciones responden a las amenazas a su propia seguridad, ya que considera como terroristas a estos grupos. Sin embargo, estas milicias gozan del apoyo de EE.UU. lo que despierta temores de un enfrentamiento directo entre las fuerzas turcas y estadounidenses.
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