• Combatientes de grupos opositores armados avanzan hacia la ciudad de Al-Bab, a unos 30 kilómetros de la ciudad siria de Alepo, 20 de febrero de 2017.
Publicada: martes, 21 de febrero de 2017 15:43
Actualizada: martes, 21 de febrero de 2017 17:31

Rusia denuncia que los grupos opositores armados en Siria reciben continuamente armas del extranjero desde que iniciara el conflicto en el país árabe.

"Todo este tiempo las unidades de la oposición armada y los grupos de mercenarios cuentan con el suministro ininterrumpido de municiones, armas y otros materiales del extranjero, para realizar acciones militares intensas", ha indicado este martes el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu.

Por otra parte, sin dar más detalles ni especificar cómo ha sido obtenida esta información, ha indicado que los grupos armados ilegales recibieron unos 2450 sistemas portátiles de defensa aérea (MANPADS), unos 650 lanzacohetes múltiples y más de 24.000 minas de diversos tipos, durante los conflictos en Siria, Irak, Yemen y Libia.

Todo este tiempo las unidades de la oposición armada y los grupos de mercenarios cuentan con el suministro ininterrumpido de municiones, armas y otros materiales del extranjero, para realizar acciones militares intensas", ha indicado el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu.

En este sentido, durante una conferencia dictada en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú (capital rusa), Shoigu ha considerado que la presencia del grupo militar ruso en Siria –que inició sus operaciones antiterroristas en el país árabe en septiembre de 2015 tras una petición expresa del Gobierno de Damasco– ha permitido interrumpir la sucesión de "revoluciones de colores" en Oriente Medio y África.

 

Este nuevo "fenómeno internacional" implica consecuencias negativas militares, políticas y económicas en diversas regiones del mundo, ha asegurado, para después advertir que la revolución del color fue probada en países como Yugoslavia, Georgia, Irak, Libia, Ucrania y Siria, entre otros.

"Occidente las considera como una forma de propagar la democracia a través del derrocamiento no violento de regímenes 'antidemocráticos', pero el análisis militar de los acontecimientos que tuvieron lugar en Oriente Medio y el Norte de África demuestra lo contrario, es decir, que el factor de la fuerza militar es parte integrante de las revoluciones del color", ha subrayado.

Por ello, ha advertido de la alta posibilidad de que estas revoluciones de colores se extiendan, ya que permiten destruir a poderes regionales, además de objetivos políticos y económicos, empleando pocos recursos y armas para ello.

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