En nombre de Dios, el Clemente y el Misericordioso
Alabado sea Dios, Señor de los Mundos, y la paz y los saludos sean sobre Muhamad, su hogar puro, sus compañeros elegidos y los que los siguen hasta el día del juicio.
Queridos hermanos y hermanas musulmanes de todo el mundo
Este año también, la Umma (comunidad) islámica ha sido privada de la gran bendición del Hach. Así, los corazones ansiosos llenos de tristeza han perdido la oportunidad de participar en el evento organizado en la honorable Casa que Dios, el Sabio y el Misericordioso, ha construido para las personas.
Este es el segundo año que la temporada de felicidad y exaltación espiritual asociada con el Hach se ha convertido en una temporada de separación y arrepentimiento. La tribulación de la pandemia y quizás la de las políticas que dominan la Santa Kaaba (Casa de Dios) han privado a los ojos de los creyentes ansiosos de ver el símbolo de unidad, grandeza y espiritualidad de la Umma islámica. Así, esta gloriosa y honorable cima se ha cubierto de nubes y polvo.
Esta es otra prueba, que como las otras pruebas que han pasado en la historia de la nación islámica, puede augurar un futuro brillante. Lo importante es que el Hach permanezca vivo en su verdadera forma, en los corazones y las almas de los musulmanes, de modo que ahora que su forma física es temporalmente inaccesible, su destacado mensaje no sea mermado.
El Hach es un acto de adoración lleno de misterios y secretos. La exquisita formación y combinación de movimiento y quietud en él construye la identidad de los musulmanes y muestra su belleza a la gente del mundo. Por un lado, ayuda a los corazones de los siervos de Dios a ascender espiritualmente recordando a Dios, recitando súplicas y siendo humildes. Y esto los acerca a Dios. Por otro lado, crea un vínculo entre los hermanos musulmanes reunidos desde los cuatro rincones del mundo a través de sus vestimentas similares y movimientos armoniosos. Además, muestra al mundo el símbolo más importante de la nación islámica, con todos sus rituales significativos y llenos de secretos, y pone de relieve la determinación y la grandeza de la nación islámica a todos los malvados.
Este año, los rituales de Hach en la Gran Casa [de Dios] están restringidos, pero se puede prestar atención a Dios, recordarlo, demostrarle humildad, suplicarle y pedirle su perdón. Asistir a la ceremonia de Arafat no está a nuestro alcance, pero las oraciones y súplicas esclarecedoras son posibles. Celebrar la lapidación de Satán en Mina es imposible, pero rechazar los demonios ansiosos de poder es posible en todas partes. La armoniosa reunión de fieles alrededor de la Kaaba (Casa de Dios) no es posible, sino la recolección armoniosa de corazones alrededor de los versos iluminadores del Sagrado Corán y sostener fuertemente la cuerda que Dios extiende es un deber perpetuo.
Nosotros, los seguidores del Islam, y que formamos una gran población, con vastas tierras, innumerables recursos naturales y naciones conscientes y despiertas, debemos construir el futuro con nuestros activos y recursos. Durante los últimos 150 años, las naciones musulmanas no han tenido ningún papel en decidir el destino de sus países y sus gobiernos. Aparte de unas pocas excepciones, todos han sido dirigidos y guiados por las políticas de gobiernos occidentales transgresores y han estado sujetos a su codicia, su injerencia y malevolencia. El atraso científico y la dependencia política en muchos países es producto de esa pasividad e incompetencia. Hoy, nuestras naciones, nuestros jóvenes, nuestros científicos, nuestros eruditos religiosos, nuestros intelectuales, nuestros políticos, nuestros partidos y nuestra gente deben subsanar ese pasado vergonzoso y deshonroso. Deben mantenerse firmes y resistir ante la agresión, la interferencia y la maldad de las potencias occidentales.
Todo lo que la República Islámica de Irán está diciendo, lo cual ha enfurecido y preocupado a la arrogancia, es, invitar a este tipo de resistencia. Esta es una resistencia frente a la injerencia y las hostilidades de Estados Unidos y otras potencias agresoras. Es luchar para que el mundo musulmán tome su destino en sus propias manos, gracias a las enseñanzas islámicas.
Naturalmente, EE.UU. y sus aliados son sensibles sobre el término “resistencia” y están decididos a contrarrestar al “frente de la Resistencia islámica”. La cooperación de algunos gobiernos regionales con ellos es una realidad amarga que fortalece también esos actos maliciosos. El camino recto que los rituales —el tawaf, el saay, el arafat, el ramy—, gloria y unidad de Hach, nos muestra, es confiar en Dios y prestar atención a su poder eterno, tener autoconfianza en el contexto nacional, creer en la lucha religiosa y en el esfuerzo, mostrar una determinación firme al avanzar y tener una esperanza abundante para la victoria.
Las realidades de los hechos en la región islámica refuerzan esta esperanza y fortalece esta determinación. Desde otra perspectiva, los amargos acontecimientos del mundo islámico, el atraso científico, la dependencia política y los problemas económicos y sociales nos encaminan hacia una gran tarea y un empeño incansable. La Palestina usurpada pide nuestra ayuda, Yemen inocente y ensangrentado atormenta todos los corazones, la difícil situación de Afganistán preocupa a todos, los amargos acontecimientos en Irak, Siria, El Líbano y algunos otros países musulmanes, donde la mano entrometida y malévola de Estados Unidos y sus aliados es completamente visible, eleva la determinación de todos los jóvenes. Además, el surgimiento de las fuerzas de Resistencia en toda esta sensible región, el despertar de las naciones y la motivación de la generación joven y entusiasta, están haciendo desbordar los corazones de esperanza. Los palestinos residentes de Al-Quds (Jerusalén), la Franja de Gaza, Cisjordania, los territorios ocupados en 1948 y los campos de refugiados se levantaron, lanzaron la operación “Espada de Al-Quds” y derrotaron valientemente al agresor en el transcurso de tan solo 12 días. El asediado y aislado Yemen, a pesar de haber sufrido siete años de guerra, crímenes y el asesinato de personas inocentes por parte de su enemigo cruel y, pese a enfrentar la grave escasez de alimentos, medicamentos y otras necesidades básicas, aún no se ha rendido. Por el contrario, ha aperplejado al enemigo con su poder y ingenio. En Irak, las fuerzas de resistencia hacen retroceder a la ocupación estadounidense y su títere Daesh y expresan elocuentemente su firme determinación para contrarrestar cualquier injerencia y hostilidad de Washington y sus aliados.
El engranaje propagandístico de los estadounidenses para distorsionar la voluntad, las demandas y acciones de la juventud valiente y las fuerzas de la Resistencia en Irak, Siria, El Líbano y otros países, y atribuirlas a Irán o cualquier otro punto de referencia, es un insulto para esa juventud valiente y vigilante. Y esto se debe a la profunda ignorancia de Estados Unidos sobre las naciones de esta zona.
Este malentendido llevó a Estados Unidos a ser humillado en Afganistán. Luego de esa estridente invasión hace 20 años y después de haber usado armas y bombas contra inocentes civiles, quedó atrapado en un atolladero y finalmente tuvo que retirar sus fuerzas de ese país. Por supuesto, la vigilante nación afgana debe permanecer atenta a los medios de recopilación de inteligencia de Estados Unidos y sus armas de guerra blanda y debe combatirlas con vigilancia.
Las naciones de la región (de Asia Occidental) han demostrado que están despiertas y vigilantes y que no comparten la postura de ciertos gobiernos que ceden a las demandas de Estados Unidos en la cuestión vital de Palestina para satisfacerlo. Estos son gobiernos que se hacen amigos con el régimen ocupador sionista y niegan el derecho de la nación palestina a su tierra histórica. Esto es igual que robar los activos palestinos. Dichos gobiernos no solo robaron los recursos naturales de sus propios países, sino que están saqueando los recursos de la nación palestina.
¡Hermanos y hermanas!
Nuestra región y los diversos acontecimientos que suceden aquí son una exposición de lecciones y ejemplos. Por un lado, el poder que se deriva de lucha y resistencia contra el opresor agresor y, por otro, la humillación que se crea por rendirse, expresar debilidad y soportar sus imposiciones.
La verdadera promesa divina es la asistencia a los luchadores en el camino de Dios. “Si apoyan a Alá, Él los apoyará y plantará firmemente sus pies”. El resultado principal de esta lucha en el camino de Dios será evitar que Estados Unidos y otras potencias agresoras interfieran en los asuntos de los países islámicos, si Dios quiere.
Le pido a Dios que ayude a las naciones musulmanas, envío saludos al Imam del Tiempo (que nuestras almas se sacrifiquen por él) y les deseo bendición divina para el destacado Imam Jomeini (fundador de la República Islámica) y los grandes mártires del país.
Saludos a los siervos justos de Dios.
Seyed Ali Jamenei
26 de tir de 1400
6 de dulhiya de 1442
ftm/tmv/ctl/tqi