“Irán tiene una presencia constante en aguas internacionales sobre la base del derecho internacional y puede navegar libremente por aguas internacionales. Ningún país puede violar ese derecho”, ha subrayado este lunes el portavoz de la Cancillería iraní, Said Jatibzade, durante una rueda de prensa semanal realizada por videoconferencia.
El diplomático ha respondido así a una pregunta acerca de un informe publicado el sábado por el diario estadounidense Politico sobre que las agencias de seguridad nacional de Estados Unidos están vigilando supuestamente dos buques de guerra iraníes, cuyo destino final podría ser Venezuela.
Según el reporte, una fragata iraní y el Makran, un buque base avanzado, se encaminan al sur a lo largo de la costa oriental de África. Si bien los funcionarios estadounidenses no saben con seguridad la parada final de las embarcaciones.
En cuanto a las advertencias hechas, según Politico, por funcionarios de alto rango estadounidenses al Gobierno venezolano de no recibir con honores los buques de guerra iraníes, Jatibzade ha avisado que “nadie debe cometer un error de cálculo. Aquellos que viven en casas de cristal deben ser cautelosos”.
Irán estrenó oficialmente en enero Makran, la nave más grande de su Armada y de Asia Occidental. La enorme embarcación cuenta con capacidades especiales de apoyo a las fuerzas y buques de guerra de la Armada iraní en alta mar, especialmente en el norte del océano Índico, el estratégico estrecho de Bab el-Mandeb y el mar Rojo.
La nave puede transportar hasta siete helicópteros, además de 100 000 toneladas de combustible y agua dulce, según las autoridades persas.
Irán es un aliado de Venezuela, ambos países han impulsado la cooperación económica para superar las sanciones impuestas en su contra por EE.UU.
En plena crisis y con el objetivo de paliar la escasez de combustible, la República Islámica de Irán envió en 2020 varios millones de barriles de gasolina y aditivos al país bolivariano.
La Administración del expediente estadounidense, Donald Trump, trató de detener los envíos de gasolina iraní a Caracas, pero optó por no interceptar a los barcos iraníes ante las amenazas de Teherán de tomar represalias.
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