El jefe del Gabinete del presidente iraní, Mahmud Vaezi, ha enfatizado este miércoles que el intento de EE.UU. de recurrir al mecanismo de reactivación automática de las sanciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra Irán “no tiene ninguna base legal” porque este país norteamericano ya no es parte del acuerdo nuclear, firmado en 2015.
Vaezi asegura que la visión del presidente de EE.UU., Donald Trump, es “empresarial”. “Trump cree que, en materia de política y derechos, puede actuar mediante la fuerza de la presión, pero no llegará a ninguna parte así. Amenazar a los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) con sanciones, si se oponen a la propuesta de Estados Unidos, es una herejía”, ha denunciado el funcionario iraní.
De acuerdo con Vaezi, estos esfuerzos antiraníes de la Administración de Trump son propios de la propaganda en momentos en que quiere revertir los números de cara a las próximas elecciones presidenciales estadounidenses del 3 de noviembre.
“El esfuerzo de Estados Unidos no tendrá éxito. Trump no está en buenas condiciones, según las encuestas, en cuanto a los asuntos internos debido a los errores cometidos en la gestión del coronavirus, así mismo, el trato inadecuado a los negros, y busca proyecciones propagandísticas para obviar y cambiar el ambiente de la sociedad y, por ejemplo, ganar prestigio mediante los logros en la política exterior y propaganda internacional”, ha agregado.
El 14 de agosto, el Consejo de Seguridad rechazó, a través de una votación, el borrador de una resolución presentado por EE.UU. para prorrogar el embargo de armas a Teherán, que, en virtud del acuerdo nuclear de 2015, debe expirar el próximo 18 de octubre.
Tras ese fracaso, Washington presentó una petición al CSNU para activar todas las sanciones internacionales contra el país persa, mediante la aplicación del mecanismo de reactivación inmediata; esta demanda también fue rechazada.
Aquellos que se oponen a tales medidas, entre los que se incluye la Unión Europea (UE), argumentan que Washington perdió todo derecho de recurrir a la reactivación inmediata de las sanciones cuando decidió abandonar el acuerdo nuclear.
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