"La carta, una vez más, contiene una serie de acusaciones infundadas que se dirigen contra mi país, como siempre, sin (ofrecer) una mínima prueba", denunció el martes el representante adjunto de Irán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Qolam Hosein Dehqani.
Así, el funcionario iraní expresó su desacuerdo con la carta emitida en la misma jornada ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) por el embajador israelí, Danny Danon, quien acusó a Teherán de contrabando de armas.
La carta, una vez más, contiene una serie de acusaciones infundadas que se dirigen contra mi país, como siempre, sin (ofrecer) una mínima prueba", denunció el representante adjunto de Irán ante la ONU, Qolam Hosein Dehqani, refiriéndose a la carta enviada por el embajador israelí ante las Naciones Unidas, Danny Danon al CSNU.
Danon alegó que la República Islámica de Irán envía armas al Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) en Siria y El Líbano a través de vuelos comerciales de la empresa iraní de aviación Mahan Air, así como por las Fuerzas Terrestres del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI).
“Un régimen, que descaradamente se ha burlado de todas las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) y del CSNU sobre las tierras que ocupa criminalmente, no está en condiciones de abordar tal reclamación contra otras naciones”, argumentó el representante iraní.
Asimismo, tildó de “absurdo e hipócrita” que el régimen de Tel Aviv acuse a Irán de violar los derechos internacionales, mientras ese mismo régimen ha negado todo derecho básico del pueblo palestino, incluido su derecho a la autodeterminación, además de masacrar a los civiles y cometer atentados.
El régimen sionista, prosiguió Dehqani, presenta ese tipo de acusaciones contra otros países, incluido Irán, con el fin de esconder sus propias criminalidades contra la gente inocente palestina y desviar la opinión pública sobre el cerco impuesto en Gaza contra dos millones de personas durante 10 años, bombardeos de las zonas residenciales, colegios y hospitales en los territorios ocupados, la destrucción de las casas de los palestinos, la confiscación de sus bienes y la profanación a los lugares sagrados, entre ellos la Mezquita Al-Aqsa, en Al-Quds (Jerusalén).
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