El régimen israelí ha confirmado esta semana que sus tropas están bombeando agua de mar a una red de túneles en Gaza, método muy criticado por ambientalistas, pues podría violar el derecho internacional y causar consecuencias nefastas a largo plazo en el asediado enclave palestino.
De acuerdo con un informe de la cadena qatarí Al Jazeera, que cita a fuentes militares de Tel Aviv, el ejército de ocupación está utilizando “nuevas capacidades” en su guerra contra Gaza y contra el laberinto de túneles construido por el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS).
Según el alto mando castrense sionista, estas capacidades incluyen la canalización de “grandes volúmenes de agua” hacia la amplia red de corredores subterráneos empleados por los combatientes palestinos en su lucha contra la entidad ocupante.
Agrega que este método solo se utiliza en lugares donde sea adecuado, y tienen en cuenta los sistemas de suelo y agua de la zona, adaptando las operaciones a cada caso específico.
No obstante, expertos y activistas ambientales han advertido que el bombeo de agua de mar contaminará el agua dulce subterránea y arruinará las condiciones de vida en la Franja de Gaza, sometida desde octubre pasado a una criminal campaña de bombardeos y ataques terrestres por parte del régimen de Tel Aviv.
Las tropas israelíes han intentado sin éxito destruir la infraestructura de HAMAS, bajo el argumento de que estas instalaciones contienen material bélico de la resistencia y a los cautivos llevados allí por los combatientes de la resistencia tras la operación Tormenta de Al-Aqsa, el pasado 7 de octubre.
El ejército de ocupación alega incluso que este sistema túneles se extiende bajo varios hospitales de la Franja de Gaza, lo cual ha usado como pretexto para atacar la red hospitalaria, reduciendo a un estado calamitoso las capacidades asistenciales del enclave palestino.
En este escenario, el plan de bombear agua de mar a los pasajes subterráneos plantea dudas sobre las intenciones del régimen de rescatar con vida a los cautivos israelíes, y podría aumentar la devastación duradera de Gaza, incluido el suministro de agua del enclave.
En diciembre pasado, un alto oficial retirado del ejército de Israel cuestionó las capacidades de las tropas sionistas para neutralizar la amplia red de túneles de HAMAS, extendida por todo el enclave costero.
De acuerdo con el general de brigada retirado Yitzhak Brick, no existe una solución eficaz para contrarrestar la compleja red de túneles clandestinos, y su completa destrucción podría durar años y causar la muerte de muchos soldados israelíes.
Al respecto, señaló que la cuestión de los túneles es mucho más compleja de lo que suele presentarse y detalló que estas estructuras clandestinas son más largas y complejas de lo que se había estimado anteriormente.
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