Una fila de niños y niñas tumbados en el suelo del pasillo de un hospital, cubiertos en sangre y polvo, una venda en la cabeza, un labio roto o una bolsa blanca envolviendo todo su cuerpo. Los más de 4 000 niños asesinados en Gaza en las últimas cuatro semanas son, cada vez más, una mancha en la conciencia colectiva.
La ocupación israelí ha matado hasta ahora a más de 4 200 niños en Gaza, además de haber herido a 10 000 niños. Medimos que la ocupación israelí está matando a un niño cada diez minutos, además de herir a otros dos, lo que amenaza la infancia en Gaza. Hoy, la Franja de Gaza se ha convertido en un verdadero cementerio de niños y mujeres, donde el 70 por ciento de las víctimas de los ataques son mujeres y niños.
Un reciente informe de Save the Children señaló que, en las últimas tres semanas, han muerto en Gaza, más niños que el total de muertos en conflictos en todo el mundo cada año, desde 2019. Al mismo tiempo, Unicef calificó de catastrófica la situación humanitaria para los niños y de las niñas.
El complejo médico de Al-Shifa es el más grande de Gaza, alberga a unas 100 000 personas, entre refugiados, heridos, enfermos y personal médico. La ocupación israelí sigue repitiendo día y noche su amenaza de bombardearlo, dándole el mismo destino que recibieron otros 16 hospitales en Gaza.
Las bombas israelíes caen sobre hospitales, colegios, residencias y dormitorios, parques infantiles, plazas de mercado, campos de refugiados. Hasta el momento, han cobrado la vida de más de 10 mil palestinos. La población sigue en resistencia hasta que su pesadilla se convierta en la luz que ilumine la liberación de sus tierras.
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