“Estamos emocionados por dar este histórico paso y ya tenemos ganas de la apertura de mayo”, ha aseverado la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Heather Nauert, mientras ha agregado que el edificio que acoge las operaciones del consulado general en el barrio de Arnona, en Jerusalén, “albergará la oficina del embajador y una pequeña plantilla”.
Según informaron los medios israelíes, la medida coincidirá con el 70º aniversario de la fundación del régimen israelí, el 14 de mayo, una fecha que los palestinos rememoran cada año como Día de la Nakba (catástrofe, en español).
En aquella fecha, unos 750.000 palestinos huyeron y fueron expulsados de sus tierras en una guerra que condujo a la creación del régimen de Israel.
“Hacer coincidir la fecha con la Nakba es una provocación para los árabes, los musulmanes y los cristianos”, ha denunciado el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat.
De acuerdo con el alto negociador palestino, con esa medida, la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, “termina por aislarse completamente y se vuelve una parte del problema y ya no de la solución”.
Estamos emocionados por dar este histórico paso y ya tenemos ganas de la apertura de mayo”, ha aseverado la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Heather Nauert, en referencia al traslado de la embajada de EE.UU. a Al-Quds (Jerusalén).
Erekat ha advertido de que esta decisión resultará en la “destrucción de la solución de dos Estados”, al tiempo que supone una “flagrante violación del derecho internacional”, recoge la agencia palestina de noticias WAFA.
Sin embargo, el anuncio ha sido recibido con beneplácito por los israelíes. El ministro israelí de inteligencia, Yisrael Katz, ha felicitado al inquilino de la Casa Blanca.“¡no hay mayor regalo que eso! El movimiento más justo y correcto”, ha manifestado.
La mudanza de la misión diplomática a Jerusalén es parte del anuncio hecho en diciembre pasado por Estados Unidos, cuando declaró Al-Quds como la capital del régimen de Tel Aviv, una movida que generó condenas y rechazos de la comunidad internacional.
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