Publicada: jueves, 25 de julio de 2024 4:55

El viernes 19 de julio de 2024 el presidente de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) Nawaf Salam, dio a conocer las conclusiones de un panel de 15 jueces, en el marco de una opinión consultiva a solicitud de la Asamblea General de la ONU.

El documento emitido por la CIJ (1) establece, en sus líneas generales una serie de puntos cuyos elementos centrales llevan largos años debatiéndose e incluso con resoluciones claras emitidas por la propia ONU, sin que hayan sido cumplidas por el régimen nacionalsionista israelí. Esto es, que la ocupación de los territorios palestinos es ilegal, contraria al derecho internacional y debe terminar. En específico, la respuesta de la CIJ dictamina que los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este, se mantienen en violación del derecho internacional. Por tanto, las políticas de asentamientos y la explotación de recursos naturales de Israel en los territorios palestinos violan el derecho internacional. Una política de ocupación ilegal, así como su régimen asociado en Cisjordania y Jerusalén, que es contraria a la Cuarta Convención de Ginebra sobre el desplazamiento forzado de personas y que la presencia continua del ejército ocupante israelí en Palestina palestinos (incluida la Franja de Gaza) es “ilegal” y debe llegar a su fin lo más rápido posible”.

La CIJ declaró además que la Franja de Gaza es parte integral del territorio ocupado por Israel en 1967, y constituye una “única unidad territorial con Cisjordania y Jerusalén Este”. Se suma a lo consignado la exigencia que el régimen nacionalsionista israelí debe “revocar todas las leyes y medidas que crean o mantengan la situación ilegal, incluidas aquellas que discriminan al pueblo palestino en las tierrasne palestinas ocupadas, así como todas las medidas destinadas a modificar la composición demográfica de cualquier parte del territorio”. En forma evidente ello implica eliminar todos los puntos de control que impiden el libre tránsito de la población palestina. La demolición del muro de apartheid construido en Cisjordania que se extiende por 720 kilómetros, el 80% dentro del territorio palestino violando incluso la llamada línea verde establecida el año 1949, como parte del armisticio firmado tras la guerra de 1948 tras el nacimiento de Israel como entidad internacional. Entidades palestinas de todo el mundo han destacado las conclusiones de la CIJ, entre ellas la comunidad palestina chilena, la más numerosa del mundo fuera del Levante Mediterráneo

Desmontar la narrativa nacionalsionista

 No es posible entender este dictamen de la CIJ del 19 de julio de 2024, sin hacer una lata referencia a lo que ha sido el origen de la ocupación de la Franja de Gaza y Cisjordania. Esto, porque claramente, lo que acontece en Palestina tiene sus raíces, no el 7 de octubre del año 2023 cuando la resistencia palestina concreta la llamada Operación Político Militar “Tormenta de Al Aqsa”. Hecho histórico ante el cual la Hasbará [i] sionista, los medios de desinformación y manipulación apoyan ese relato de invisibilizar las numerosas causas, los hechos que avalan, que permiten y deben alentar la lucha por la autodeterminación el pueblo palestino desde el año 1948 a la fecha cuando se crea la entidad israelí. Uno de eso hechos, parte de un proceso de ocupación, colonización y exterminio del pueblo palestino que lleva a cabo el régimen nacionalsionista es la llamada guerra de junio del año 1967, que tiene como resultado la ocupación de más y más territorios palestinos.

Ese año 1967 el régimen israelí, en una más de sus acciones de agresión contra el pueblo palestino y los países de la región del Levante Mediterráneo generó un conflicto bélico que involucró al ente sionista contra las fuerzas de los países árabes de Egipto, Jordania y Siria y cuyo desenlace significó la ocupación israelí de Al Quds este (Jerusalén), la Franja de Gaza, Cisjordania la península del Sinaí egipcio, los Altos del Golán sirio y las granjas de Sheeba libanesas.  Un enfrentamiento que la historiografía occidental ha presentado como un hecho heroico frente a las amenazas de los países árabes mencionados. Pero…la realidad es muy distinta.

Sostengo que dicha realidad es muy disímil a lo que hemos leído y escuchado hasta ahora. Esto, pues dicho conflicto bélico estuvo preparado por largos años por el sionismo en alianza con Estados Unidos y Gran Bretaña, principalmente. El escritor jordano Hussam Abdel Kareem nos lo recuerda y permite dar una visión desigual como la planteada por Kareem quien afirma “El 5 de junio de 1967, Israel lanzó su guerra contra sus vecinos árabes, Egipto, Siria y Jordania. La narración israelí de la guerra de 1967 presenta al régimen israelí como una nación inocente que se defiende ante la amenaza existencial que suponen los árabes amantes de la guerra” Ocultando los hechos que demuestran que Israel preparó esta guerra con muchos años de anticipación “esperando sólo una excusa para lanzarla: un error desde el lado árabe, una fricción, un incidente…cualquier cosa que justificará tal ataque” (2)

Afirma Kareem que dicha excusa llegó cuando se aplicó cuando la entidad sionista amenazó a Siria con “marchar hacia Damasco” sino detenía las acciones de la resistencia palestina desde el sur del país hacia los territorios palestinos ocupados. Gamal Abdel Nasser, líder egipcio y nacionalista pan arábico había prometido no dejar abandonada a Siria frente a su enemigo israelí lo que motivó el cierre del Golfo de Aqaba a la navegación del ente ocupante israelí y el envio de dos divisiones del ejército egipcio a la frontera con el ente ocupante en palestina. Esto, como una lógica respuesta a las continuas provocaciones y amenazas israelíes a Siria, país que había formado con Egipto la llamada república árabe Unida entre los años 1958 a 1961. Una unión cuyas raíces mostraban los fuertes lazos entre ambas naciones.

 

La narración falsificadora de occidente y la tejida por Israel presentó los hechos, como una amenaza existencial a la entidad sionista. Cuestión absolutamente desmentida por los propios líderes israelíes que tras la guerra y ya ocupados los territorios producto de esa acción de rapiña (Gaza, Cisjordania, Los Altos del Golán, Sinaí e incluso las Granjas de Sheeba de El Líbano). Es así como el ex primer ministro y en 1967 jefe del Estado mayor del ejército sionista en 1967, Yitzak Rabin sostuvo ante el medio francés Le Monde en febrero de 1968 “no creo que Nasser haya querido la guerra. Las dos divisiones que envió al Sinaí no habrían sido suficientes para lanzar una ofensiva bélica. Él lo sabía y nosotros lo sabíamos”.  El general Ezer Weitzman, quien fue comandante de la Fuerza Aérea y más tarde ocupó el cargo de presidente de Israel, declaró “no existía ninguna amenaza de destrucción por parte de los vecinos de Israel, pero que la guerra con Egipto, Jordania y Siria estaba justificada para que Israel pudiera existir con la escala, el espíritu y la calidad que ahora encarnaba el país”.

En el campo de los desmentidos a la excusa israelí, para la guerra de 1967, tenemos al ex primer ministro israelí – 1977-1982 – Menahem Begin, nacido el año 1913 en Bielorrusia – quien declaró al The New York Times el 21 de agosto del 1982 que en las semanas previas a la Guerra de Junio del año 1967 “la concentración de tropas egipcias no probaba que Gamal Abdel Nasser – en ese entonces presidente de Egipto – realmente fuera a atacarnos. Debemos ser honestos con nosotros mismo. Fuimos nosotros quienes decidimos atacarlos”. Para mayor abundamiento el día 14 de abril de 1971, el periódico israelí Al-Hamishmar, emitió una declaración hecha por Mordechai Bentov, un miembro del nuevo Gobierno de Unidad Nacional Israelí en 1967: “Toda la historia del peligro de exterminio fue inventado en cada detalle y exagerado para justificar la anexión de nuevos territorios árabes “(3)

Ilan Pappé, un renombrado historiador de la corriente de los nuevos historiadores israelíes, defensor de la idea de un estado unificado en Palestina, que le generó fuertes críticas y ataques que lo obligaron a huir de Israel, por numerosas amenazas de muerte afirma que “la entrada de los egipcios en el Sinaí fue una respuesta a la llamada desesperada de ayuda del ministro de Defensa sirio, Hafed al Assad, para rebajar la presión contra su país…las amenazas israelíes terminaron finalmente en una alianza militar entre la propia Siria, Egipto y Jordania. El gobierno de Tel Aviv reaccionó movilizando a decenas de miles de reservistas y aumentando su presencia en la frontera. Egipto cerró el Estrecho de Tirán…” En Israel se desató el frenesí bélico y se llamó al gobierno a Menahem Begin y Moshe Dayan, reconocidos políticos extremistas. El gobierno de Eshkol encargó a Dayan organizar el golpe militar que se asestaría contra el mundo árabe. De la exacerbación bélica se pasó a las operaciones de destrucción apoyado por el moderno armamento occidental.

A mediados de mayo del 2017 los documentos desclasificados por el gobierno sionista con referencia a la guerra de junio demuestran que los pretextos esgrimidos, la compra de información sobre el armamento soviético usado por las fuerzas árabes, el apoyo político, diplomático y de inteligencia otorgado por Washington – y la respectiva luz verde para atacar – le permitieron asestar un duro golpe a la soberanía de numerosos países árabes y sobre todo ocupar los sagrados recintos de Al Quds, ubicados en la parte Este. Una de las primeras medidas aprobadas por el Gabinete sionista tras la contienda de 1967   fue la expulsión de las familias palestinas que habitaban en un barrio donde también vivían judíos al interior del recinto amurallado. Comenzaba así la segunda ola de refugiados palestinos.

Menahem Begin, no sólo reconoció que la guerra de junio fue una conflagración de agresión, sino que al mismo tiempo consigna que esta campaña fue preparada desde el momento mismo que se dio término a la Guerra del año 1956, cuando Francia, Gran Bretaña y la propia Israel atacaron a Egipto por la decisión de su líder Gamal Abdel Nasser de nacionalizar el Canal de Suez. Un Begin imbuido de un profundo racismo y desprecio contra la población árabe. Un colono que aspiraba a la expulsión de todos los árabes de tierras palestinas al considerar que los judíos tenían “un derecho histórico” sobre esas tierras avalado por un mito religioso. Un Begin que propugnaba, con premura “incrementar la inmigración hebrea y aumentar la tasa de natalidad de nuestras familias”.

La guerra de junio del año 1967 fue una fase más del proyecto colonial y expansionista del sionismo con el objetivo de llevar a la práctica su mito político y religioso del gran Israel. Una cabeza de playa permanente del imperialismo contra los pueblos árabes y en general contra el mundo islámico. No hubo llamados al diálogo, no se convocó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas simplemente se llevó a cabo la operación militar bajo la inspiración de la doctrina de uno de los terroristas sionistas más renombrados:  Moshe Dayan, ex miembro del Ejército Británico, expulsado por apoyar a las organizaciones terroristas judías y atacar a las fuerzas británicas que ejercían su mandato colonial en Palestina. Dayan fue miembro de la organización terrorista judía Haganá y ex ministro de Defensa y Relaciones Exteriores en diversos gobiernos sionistas. Un ejemplo de la catadura moral de los sionistas.

Para Dayan quien ejerció como jefe del Estado Mayor del Ejército Sionista en la guerra del año 1956, sólo era posible ejercer la violencia para llevar a cabo los planes de expansión del sionismo. Previo a la Guerra de junio de 1967 declaraba “Israel debe ver la espada como el principal, si no el único instrumento para mantener su moral alta, y del mismo modo, para mantener su tensión moral. Con este fin, debe inventar peligros y para ello debe adoptar el método de la provocación y la venganza. Esperemos que prontamente haya una nueva guerra con los países árabes, para que podamos finalmente deshacernos de nuestros problemas y adquirir nuestro espacio”. Ese deseó se vio concretado el 5 de junio del año 1967 (4)

La Guerra de Junio de 1967, que originó la denominada Naksa (catástrofe o desastre en árabe)  también consignó un hecho inequívoco: Israel se había sentado, en función de sus afanes expansionistas “sobre un barril de pólvora” como lo definió el ex ministro de Relaciones Exteriores del Sionismo Abba Eban, dando cuenta con ello que más temprano que tarde el régimen israelí y su política acarrearía un dilema de difícil solución “Estamos aquí asentados con dos poblaciones: una que goza de todos los derechos y otra a la que se les niega. Este cuadro con dos tipos de ciudadanos es muy difícil de defender, incluso en el contexto especial de la historia judía. El mundo se pondrá de parte de un movimiento de liberación de millones de palestinos, rodeados por decenas de millones de árabes” (5)

Un temor que tras 57 años desde la guerra de rapiña de 1967 sigue estallando en la cara de mentirosos compulsivos de la entidad sionista. Tormenta de Al Aqsa es muestra de esa explosión, las definiciones tardías pero necesarias de la Corte penal Internacional, d ela Corte Internacional de Justicia, las acciones de países como Sudáfrica y aquellos gobiernos quena seguido sus paso de acusar de genocidio al ente sionista muestran que todo presente tiene su historia, una evidentemente auténtica que es la planteada por Palestina y otra historia sustentada en bases a mitos, mentiras y estrategias de compra de voluntades, conciencias, como también con el apoyo de regímenes hegemónicos para mantener un status quo de ocupación, colonización y exterminio.

Solía sostener en mis artículos que, más temprano que tarde, este barril debe explotar y lo está haciendo gracias a la valentía de la resistencia palestina y el eje de la resistencia, para lograr la definitiva autodeterminación palestina, la liberación de los Altos del Golán y la erradicación definitiva del nacionalsionismo de Asia Occidental y de todas sus influencias en el mundo. Tras más de medio siglo de ocupación de Gaza, Cisjordania, las Granjas de Shebaa y los Altos del Golán – 76 años desde el nacimiento de la entidad sionista - es indispensable que el Eje de la Resistencia y todo aquel ser humano digno trabaje por la destrucción del sionismo. Sea en el campo de la política internacional y el uso de los organismos internacionales como la CIJ, la batalla, en las campañas de Boicot, Desinversión y Sanciones – BDS. Sea en foros internacionales, desafiando las leyes racistas de Israel, denunciando sus conferencias revisionistas que suelen tergiversar la historia, en el marco de esta estrategia de la post verdad– instalar argumentos falsos como si fuesen verdaderos (6)

Pablo Jofré Leal

Articulo para Hispantv

Permitid su reproducción citando la fuente.

 

  1. https://www.icj-cij.org/sites/default/files/case-related/186/186-20240719-adv-01-00-en.pdf
  2. https://espanol.almayadeen.net/articles/1599356/5-de-junio-recordando-dos-agresiones-israel%C3%ADes
  3. https://paginasarabes.com/2017/06/06/la-guerra-de-los-seis-dias-hechos-que-necesitas-saber/
  4. https://rebelion.org/como-los-generales-israelies-prepararon-la-conquista-mucho-antes-de-1967/
  5. https://elpais.com/internacional/2017/05/20/actualidad/1495296294_948643.html
  6. https://www.hispantv.com/noticias/opinion/567893/guerra-israel-arabes-cisjordania
 

 

Pablo Jofré Leal
Pablo Jofré Leal Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Asia Occidental y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de página WEB de análisis internacional ANÁLISIS GLOCAL www.analisisglocal.cl

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