Además del Santiago Abascal, líder de Vox —partido que recibió 880 000 euros en 2013 de la organización terrorista Muyahidín Jalq—, varios de sus miembros más conocidos, asistieron figuras destacadas de la extrema derecha populista europea. Entre ellas se encontraban la presidenta del Consejo italiano, Giorgia Meloni, el ex primer ministro polaco Mateusz Morawiecki, el presidente argentino Javier Milei, la líder francesa Marine Le Pen, el presidente del partido portugués Chega, André Ventura, y el ex primer ministro húngaro Viktor Orbán, quien intervino de forma online. También se contaba entre los asistentes a Amichai Chikli, el actual ministro israelí de “Asuntos de la Diáspora y de la Lucha contra el Antisemitismo”.
El acto, celebrado tres semanas antes de las elecciones europeas, fue un ejemplo del papel cada vez más relevante de Vox en la conexión de movimientos políticos de extrema derecha. El partido español no solo sirve de puente entre la extrema derecha europea y la latinoamericana, sino que, como han señalado varios expertos, también busca actuar como nexo entre las dos principales familias de la extrema derecha dentro de la Unión Europea: los Conservadores y Reformistas Europeos, pro-OTAN y más tradicionalistas de Giorgia Meloni, y el grupo Identidad y Democracia de Marine Le Pen.
La mayoría de las intervenciones de los líderes extremistas se centraron en la necesidad de “defender Europa de la inmigración ilegal,” la cual, según estos partidos, está vinculada con el aumento de la delincuencia y la creciente presencia de la población musulmana. Estos partidos argumentan que el Islam es una religión absolutamente incompatible con los valores y libertades occidentales.
En este sentido, la líder de Reagrupamiento Nacional, Marine Le Pen, resaltó la supuesta existencia de "zonas prohibidas" (áreas donde la soberanía estatal parece ausente y a las que incluso las fuerzas del orden evitan patrullar). Estas zonas forman parte de un discurso más amplio que aborda la cuestión de la inmigración musulmana, la presunta aplicación de la ley islámica y la percepción del islam como una amenaza pública. Le Pen enfatizó la situación en Francia y en diversas partes de Europa: "Es difícil evitar hablar sobre el tema de la inmigración en este momento. Zonas enteras de Francia están experimentando una avalancha migratoria y ya no están bajo el control del Estado. A menudo se las describe como zonas sin ley; en realidad, son áreas sujetas a leyes diferentes a las francesas. Este fenómeno de separatismo migratorio, que también se observa en Gran Bretaña, Bélgica y Suecia, con un aumento de la inseguridad y la constante amenaza de disturbios, representa un desafío para toda Europa", declaró.
Del mismo modo, durante su intervención, el húngaro Viktor Orban habló sobre la amenaza de la "inmigración ilegal" que pone en riesgo "los valores europeos cristianos". En este sentido, todos los asistentes al evento en Madrid expresaron, de una manera u otra, su preocupación por la "supuesta invasión musulmana de Occidente", la cual no solo amenaza con destruir los supuestos valores únicos de Occidente, sino que también plantea la posibilidad de reemplazar a la población considerada autóctona, es decir, la población blanca.
Hay que recordar que el presidente argentino mantiene un apoyo inquebrantable a Israel, como lo demostró durante su campaña electoral, ondeando una bandera israelí en uno de sus mítines. Milei considera a Israel "un ejemplo a seguir" y prometió trasladar la embajada argentina a Jerusalén una vez que fuera elegido presidente.
Hay que señalar que el Ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Eli Cohen, fue uno de los primeros en felicitar la victoria electoral de Milei. A través de una publicación en la red social X (anteriormente Twitter), invitó al presidente argentino a "visitar Israel lo antes posible, para continuar el diálogo e inaugurar la embajada de Argentina en Jerusalén, la capital de Israel".
Por su parte, la intervención de Amichai Chikli en representación de la Entidad colonial sionista, fue sintomática de la convergencia entre la extrema derecha mundial y el Estado de Israel, concebido como una especie de "guardián de Occidente" en el “Asia Occidental”. Chikli afirmó: “Esta guerra no se trata solo del futuro de Gaza o del Estado de Israel. Es una batalla existencial por el futuro de nuestra civilización contra el islam radical, por el futuro de la civilización occidental, por el futuro de la humanidad”.
Además, Chikli criticó duramente la decisión del presidente español, Pedro Sánchez, de reconocer al estado palestino: "Lamentablemente, el actual presidente de España, Sánchez, cree que los palestinos deberían ser recompensados por la masacre, que este es el momento de darles un estado", añadió.
Estas declaraciones del ministro israelí forman parte de la respuesta de la Entidad colonial al reconocimiento por parte del gobierno español, junto con Noruega e Irlanda, del estado palestino. El ministro israelí de Exteriores, Israel Katz, llamó a consultas a los embajadores en esos tres países, no sin antes enviar un mensaje de advertencia: “Si España cumple con su intención de reconocer un Estado palestino, se tomará una medida similar en su contra”. Además, la cuenta institucional del Gobierno israelí en X también criticó unas declaraciones de la vicepresidenta segunda del gobierno español, Yolanda Díaz, y dijo que había “llamado abiertamente a la destrucción de Israel”. Díaz había utilizado en una declaración institucional la expresión “desde el río hasta el mar”, que es una expresión de apoyo a la lucha anticolonial de Palestina.
El 24 de mayo, el gobierno colonial sionista dio un paso más en la crisis diplomática con España. El ministro Katz anunció en redes sociales que se procedería a “cortar la conexión” entre la representación diplomática de España en Israel y los palestinos, y además, prohibiría al consulado español prestar servicio a la población palestina residente en la Cisjordania ocupada.
El martes 28 de mayo, en una comparecencia pública, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmó que España reconocería ese día el Estado de Palestina.
En un tuit del mismo día, Katz criticó a Pedro Sánchez por su anuncio de reconocer el Estado de Palestina, acusándolo de ser "cómplice de incitación al asesinato del pueblo judío y crímenes de guerra".
El evento organizado por VOX pone el foco en el acercamiento entre la nueva extrema derecha europea y el sionismo ya que para los primeros, el estado colonial sionista se ha convertido en un modelo a seguir. Un ejemplo de esto es la reunión, el pasado 28 de mayo, entre el presidente de Vox, Santiago Abascal y Benjamín Netanyahu, donde elogió la “firmeza de Israel ante la agresión de HÁMAS”, al mismo tiempo que criticó al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, por el reconocimiento del Estado Palestino.
La idea de un etnoestado, con una población dominante y altamente militarizada, es un ideal para estos partidos populistas de extrema derecha. Este respaldo al sionismo se explica por la creencia compartida, alimentada por el supremacismo blanco, de que Israel defiende los valores occidentales frente a la supuesta "barbarie musulmana".
XAVIER VILLAR