“El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional expresa su profunda e invariable solidaridad con los Gobiernos y pueblos de la Unión Africana, el Caricom (acrónimo de la Comunidad del Caribe), Haití, El Salvador y otros Gobiernos y pueblos hermanos”, reza una nota oficial de Managua.
Esos pueblos y Gobiernos, lamenta la Cartera, han sido ofendidos por declaraciones “despectivas” y “humillantes” atribuidas a Trump en una reunión mantenida el jueves con varios senadores en la Casa Blanca, en la que el mandatario norteamericano se habría opuesto con gran grosería a otorgar protección a inmigrantes procedentes de El Salvador, Haití, Nicaragua y Sudán.
Los términos con los que el inquilino de la Casa Blanca se refirió a las naciones referidas —“países de mierda” o “agujeros de mierda”, según las traducciones— han desatado una ola de condenas a nivel planetario, incluida la de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH), Rupert Colville.
En su nota, la Cancillería nicaragüense declara que “se suma a las declaraciones emitidas por Gobiernos, pueblos y organismos” para “condenar las expresiones racistas y discriminatorias” del magnate inmobiliario neoyorquino.
Frente a tales muestras de desprecio, “el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional reitera el compromiso de continuar trabajando por un mundo de diálogo, respeto, cooperación y paz”, concluye el comunicado de Managua.
El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional expresa su profunda e invariable solidaridad con los Gobiernos y pueblos de la Unión Africana, el Caricom (acrónimo de la Comunidad del Caribe), Haití, El Salvador y otros Gobiernos y pueblos hermanos”, declara el Ministerio de Asuntos Exteriores nicaragüense.
Ante el revuelo levantado a escala intercontinental, Trump ha asegurado que no pronunció las palabras que le atribuyó el senador demócrata Richard J. Durbin, presente en la reunión, llegando incluso a afirmar el mandatario que él “no es racista”, apoyándose en los senadores republicanos David Perdue y Thomas Cotton, también presentes, que han dicho que “no oyeron esa palabra”.
Los desmentidos no convencen a numerosos analistas, que consideran que esa actitud racista, arrogante y despectiva está en línea con su comportamiento en los últimos años y que coinciden con una estrategia política de movilización a su favor de sectores sociales opuestos a la inmigración.
mla/ncl/mjs/hnb