Al contrario de otros países latinoamericanos, el régimen israelí multiplicó su presencia en Honduras tras el fin de las dictaduras y las sucesiones militares por diferentes golpes de estado. Antes, Honduras fue la base donde se gestaba los golpes estadounidenses para derrocar a los gobiernos democráticos como el de Jacobo Arbenz en Guatemala o el Gobierno sandinista en Nicaragua.
La cooperación directa comenzó a principios de enero de 1977 con la venta de Israel de 12 aviones Super Mystere, considerados los primeros bombarderos supersónicos en Centroamérica que hizo a la Fuerza Aérea de Honduras la mejor de la región, según el libro ‘la presencia de Israel en América Central’.
Luego en diciembre de 1982, el entonces ministro de guerra del régimen de Tel Aviv Ariel Sharon viajó a Honduras y firmó un acuerdo de cooperación militar con el hombre fuerte del régimen hondureño Gustavo Álvarez por valor de 25 millones de dólares.
La referida cooperación entre el régimen israelí y Honduras, obligó a éste último a someterse a los intereses israelíes. Por ejemplo, las armas vendidas por Israel a Honduras, habrían terminado en manos de los contrarrevolucionarios nicaragüenses, de acuerdo con el mismo libro.
Hoy en día sigue vigente la relación entre el actual presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quienes han acordado renovar las fuerzas del país centroamericano, con la cual Tegucigalpa reprimió las protestas de la oposición por un posible fraude electoral en los comicios de noviembre de 2017.
Los mencionados lazos catalogó a Honduras entre los 8 países que se opusieron en 2017 a la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) contra la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de trasladar su embajada de Tel Aviv a la ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén), y puede deducirse de que Honduras, al igual que Guatemala y Paraguay, haga lo mismo que Washington.
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