Los manifestantes llevaron pancartas y carteles en las que se podía leer, “No al terrorismo de la OTAN”, denunciado las políticas agresivas de la Organización del Tratado de la Alianza Norte (OTAN) y el apoyo brindado a Ucrania en su conflicto contra Rusia.
En la marcha, celebrada el sábado, además de denunciar el bombeo de armas de la Alianza occidental a Ucrania, los manifestantes condenaron la represión de la disidencia y la crisis climática, que recibe poca atención en Italia y otros países miembros del bloque militar occidental.
Asimismo, con el lema principal de “bajar las armas, aumentar los salarios”, exigieron el fin de la guerra e instando al Gobierno de Giorgia Meloni, de la corte de extrema derecha, a dejar de suministrar armas a Kiev.
El mismo sábado y en similares actos, miles de personas tomaron las calles de Berlín y Londres, capitales de Alemania y el Reino Unido, en este orden, contra el suministro de armas a Ucrania para la guerra con Rusia.
Desde el inicio del conflicto bélico en Ucrania, la OTAN, liderada por Estados Unidos, y hasta sus socios asiáticos han ofrecido grueso financiamiento y apoyo técnico a Kiev.
Solo en el caso de Estados Unidos, en total, la Administración Biden ha asignado 113 mil millones de dólares en ayuda —militar y no militar— a Ucrania, según datos del Instituto Kiel para la Economía Mundial.
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