Portando banderas romanís y pancartas que decían “Basta de pogromos”, “Ser gitano no es delito” o “Ante tu violencia, mi resistencia”, los manifestantes llegados de diferentes partes de España se congregaron en la Puerta del Sol de Madrid para denunciar el crimen de odio contra familias gitanas en Peal de Becerro (Jaén).
Los hechos se remontan a la madrugada del pasado 17 de julio, cuando fue asesinado un joven de 29 años. Los vecinos Peal de Becerro cargaron con actos de vandalismo, incluida la quema de casas, contra las familias gitanas, no implicadas en el crimen, basándose en que los cuatro presuntos implicados del homicidio, pertenecían al pueblo gitano.
“Lo que denunciamos es que los gitanos todavía parece que en el siglo XXI no tenemos presunción de inocencia, y siempre que se comete algún acto delictivo [...] queman las casas de las familias gitanas que nada tienen que ver”, ha denunciado el secretario general de la asociación nacional Yerba-Buena, José Manuel Cortés.
Asimismo, ha declarado que las familias gitanas ahora no pueden volver a sus casas, y ha arremetido contra instituciones gubernamentales por no hacer nada para detener “esa horda”.
Los participantes en la movilización han rechazado la solución ofrecida que pide a las familias agredidas dejen de residir en Peal de Becerro. “No es considerada de ninguna manera, es más, se toma como una afrenta y un muy mal precedente, el que las víctimas tengan que dejar sus hogares porque una parte de las instituciones prefiere doblegarse a los deseos de unos radicales racistas y xenófobos”, ha censurado, por su parte, el secretario general de la Sociedad Gitana Española, M. Ángel V. Benedicto.
La población gitana continúa sufriendo una fuerte discriminación y rechazo social y una situación de exclusión generalizada. Una gran parte de las familias gitanas se encuentra en grave situación de pobreza y marginación, muy especialmente en los países de centro y el este de Europa.
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