En declaraciones ofrecidas este miércoles a los periodistas, el jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Mohamad Eslami, ha denunciado que los intentos de Estados Unidos, Alemania, Francia y el Reino Unido, de aprobar una resolución antiraní durante la reunión de la Junta de Gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), son una acción política en línea con la llamada “política de máxima presión”, cuyos objetivos principales se persiguen con el apoyo intelectual y el liderazgo del régimen israelí.
“Irán no tiene actividad nuclear oculta o no escrita ni tiene sitios o actividades no identificados. Estos supuestos documentos son un movimiento político para mantener la máxima presión, mientras que Irán tiene una cooperación máxima con la AIEA”, ha enfatizado.
El titular iraní ha denunciado que durante 20 años los países occidentales siguen atribuyendo dichas acusaciones a Irán, y al respecto, ha señalado que si Irán aceptó el acuerdo nuclear de 2015, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), fue para impedir este tipo de acusaciones y generar confianza.
Eslami ha aducido que Irán acordó limitar la mayor parte de su programa nuclear, pero la otra parte no cumplió con sus compromisos, y ahora, con esta resolución estamos volviendo al punto de inicio, después de meses de negociaciones sobre los temas pendientes.
“En la actualidad, el régimen sionista está amenazando a Irán con operaciones terroristas y sabotajes, con exageraciones y tonterías, alegando que ¡detendrá el programa nuclear iraní si el país persa no lo hace! ¿Acaso domina la ley de la selva?”, ha censurado.
Los intentos de EE.UU. y sus aliados europeos de redactar un borrador antiraní se produjeron luego de que la AIEA alegara en un reciente informe que Irán no había proporcionado respuestas “técnicamente válidas” a las preguntas de la Agencia sobre el hallazgo de material nuclear en el país persa en los últimos tres años; declaraciones que Teherán considera como “injustas y no equilibradas”.
El informe se produce mientras la misma AIEA había confirmado en varias ocasiones la plena cooperación de Teherán con el organismo asegurando que no observó ninguna desviación en las actividades nucleares del país persa.
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