El Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá) emitió un comunicado el martes en el que denuncia la ocupación por parte de la entidad israelí de más territorio sirio y sus ataques a las capacidades militares del país levantino como “una agresión peligrosa y firmemente condenada”.
Hezbolá considera en su nota que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), la comunidad internacional y los países árabes e islámicos tienen la responsabilidad de rechazar las agresiones del régimen israelí y ponerles fin, y de proteger a los sirios en esta etapa sensible y crítica de su historia.
Advierte además que “el absoluto silencio árabe, islámico e internacional ante la criminal agresión contra Siria, con el apoyo ilimitado de Estados Unidos, y la falta de adopción de medidas prácticas para enfrentar esta agresión y apoyar al pueblo palestino y sus legítimos derechos, ha llevado a la persistencia sionista y a los ataques contra los países de la región”.
Hezbolá remarca que siempre ha advertido contra las ambiciones israelíes en toda la región y destaca su resistencia para evitar que el régimen sionista logre sus objetivos.
Destacando que han repetido muchas veces que la guerra contra Gaza es un genocidio y una acción peligrosa destinada a cambiar el rostro de la región y destruir la causa palestina, Hezbolá dice que “deben tomarse las medidas necesarias para impedir que los objetivos del enemigo se cumplan y no permanecer en silencio ante la agresión de este régimen en el territorio de Siria y su pueblo”.
El movimiento de Resistencia libanés pone de relieve que es “un derecho exclusivo del pueblo sirio, independientemente de cualquier influencia y presión externa”, determinar su futuro, tras los recientes acontecimientos que vive el país levantino. “Seguiremos apoyando a Siria y a su pueblo en su derecho a crear su propio futuro y enfrentar a su enemigo, la entidad usurpadora israelí”, concluye la declaración.
El Gobierno sirio se derrumbó en la madrugada del domingo, tras una sorprendente ofensiva de grupos armados liderados por la alianza Hayat Tahrir al-Sham (HTS) que conquistó Damasco, la capital, en solo 12 días.
Estos grupos emprendieron el 27 de noviembre un ataque a gran escala en las zonas del norte del país y capturaron toda la provincia de Idlib y Alepo, la segunda ciudad más grande del país, en cuestión de días antes de llegar a Damasco.
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