• El funeral de Abu Baqer Al-Saadi, un comandante de Resistencia iraquí asesinado en un ataque de EE.UU., en Bagdad.
Publicada: viernes, 9 de febrero de 2024 14:13

Hezbolá asegura que el asesinato de un comandante de Resistencia iraquí y sus colegas se enmarca dentro de la agresión y crímenes en curso de EE.UU. en la región.

En un comunicado emitido el jueves, el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) condenó enérgicamente el asesinato de un destacado comandante del movimiento de la Resistencia iraquí Kataeb Hezbolá, Wissam Mohammed Saber, conocido también Abu Baqer Al-Saadi, y sus compañeros en un ataque estadounidense con drones en Bagdad (la capital iraquí) el miércoles por la noche.

Hezbolá anunció que el mortífero ataque aéreo es una continuación de los “crímenes anteriores” de las fuerzas estadounidenses y “su continua agresión contra las naciones iraquíes, sirias y yemeníes”.

El movimiento libanés añadió que el ataque constituyó una “violación flagrante” de la soberanía, la seguridad y la estabilidad de Irak.

 

“El Eje de Resistencia tiene plena confianza en los combatientes iraquíes, que están completamente decididos a recorrer el camino de la resistencia y continuar su apoyo incondicional al pueblo palestino oprimido”, destacó Hezbolá, y agregó: “Este atroz asesinato ciertamente fortalecerá su determinación de permanecer en el camino de la lucha”.

Al-Saadi, el comandante iraquí a cargo de las operaciones del movimiento Kataeb Hezbolá en Siria, y otros dos de sus camaradas fueron asesinados el miércoles por la noche en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses contra el vehículo en el que viajaban al este de la capital iraquí. 

El Gobierno iraquí condenó el ataque estadounidense y subrayó que la coalición militar liderada por Estados Unidos en el país se está convirtiendo en un “factor de inestabilidad”.

El portavoz de las Fuerzas Armadas de Irak, el general de división Yahya Rasul, aseveró el jueves que los repetidos ataques de Estados Unidos en Irak están empujando al Gobierno iraquí a poner fin a la misión de la coalición occidental.

La agresión se produjo casi una semana después de que Estados Unidos llevara a cabo una serie de ataques aéreos en Irak y la vecina Siria, matando a casi 40 personas.

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